La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha anunciado que su administración está en proceso de negociar un acuerdo voluntario con empresarios gasolineros para establecer un tope en el precio de la gasolina, asegurando que el litro no supere los 24 pesos. Esta iniciativa busca proteger la economía de las familias mexicanas y evitar incrementos descontrolados en los precios de los combustibles.
Contexto y antecedentes
Desde 2018, el gobierno ha implementado políticas para mantener los precios de los combustibles estables, considerando la inflación y el poder adquisitivo de la población. Durante las administraciones anteriores, especialmente en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, se registraron incrementos significativos en los precios de las gasolinas, conocidos popularmente como “gasolinazos”, que afectaron considerablemente la economía de los hogares mexicanos.
Detalles del acuerdo propuesto
En una conferencia de prensa reciente, la presidenta Sheinbaum explicó que el objetivo del acuerdo es evitar que el precio de la gasolina supere los 24 pesos por litro. Este tope, al ser ajustado por inflación, representaría una ligera reducción en términos reales en comparación con los precios de 2018. La mandataria enfatizó que este acuerdo es de carácter voluntario y se espera que sea firmado en aproximadamente dos semanas.
“Lo que no queremos es que haya abusos de los gasolineros. Más que fijar un precio o una ganancia máxima, lo que queremos es llegar a un acuerdo con ellos”, afirmó Sheinbaum. Además, destacó que, aunque el precio de la gasolina se ha mantenido constante en términos reales, en algunas regiones del país se han detectado precios excesivos, llegando hasta 26.50 pesos por litro, lo cual calificó como “un exceso absoluto de los gasolineros”.
Reacciones y perspectivas
La propuesta ha generado diversas reacciones. Algunos sectores consideran que establecer un precio máximo podría ayudar a evitar abusos y proteger la economía de las familias, mientras que otros advierten sobre posibles distorsiones en el mercado y afectaciones a los márgenes de ganancia de los empresarios gasolineros.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum ha criticado propuestas de reducción del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las gasolinas, calificándolas de “demagógicas” y señalando que quienes las promueven no han estado históricamente a favor de medidas que beneficien a la población.
Conclusión
La iniciativa del gobierno federal para establecer un tope en el precio de la gasolina busca equilibrar la necesidad de mantener precios accesibles para los consumidores y garantizar la viabilidad económica de los empresarios gasolineros. El éxito de este acuerdo dependerá de la colaboración entre el gobierno y el sector privado, así como de la implementación de mecanismos que aseguren su cumplimiento y eviten prácticas abusivas en la comercialización de combustibles.
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