EE.UU. reabrirá frontera al ganado mexicano en julio

Estados Unidos reabrirá la frontera al ganado mexicano desde el 7 de julio tras contener el brote del gusano barrenador del sur.

Un cierre que paralizó la industria ganadera

El pasado 11 de mayo, el gobierno de Estados Unidos suspendió la importación de ganado mexicano tras detectar un brote del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) en regiones del sur de México. La medida, emitida por el Departamento de Agricultura (USDA), incluyó a bovinos, bisontes y equinos, y fue tomada como medida precautoria para evitar la propagación de la plaga en territorio estadounidense, donde había sido erradicada desde hace más de 40 años.

El impacto fue inmediato: estados como Sonora, Chihuahua y Durango —principales exportadores de ganado hacia EE.UU.— comenzaron a reportar pérdidas millonarias. Productores denunciaron la cancelación de pedidos y saturación en los centros de engorda. La suspensión también afectó a pequeños ganaderos, cuyos ingresos dependen de la venta directa al otro lado de la frontera.

Control biológico y cooperación binacional

Ante la urgencia sanitaria y económica, los gobiernos de México y Estados Unidos activaron protocolos de emergencia, coordinando esfuerzos a través de sus agencias sanitarias. El mecanismo central fue la liberación masiva de moscas estériles, un método biológico que impide la reproducción del gusano barrenador. Más de 100 millones de estos insectos se distribuyeron semanalmente desde la planta de Tapachula, Chiapas, y se reactivó una instalación similar en Texas.

Además, una planta ubicada en Panamá sirvió de apoyo logístico regional. La cooperación entre los países incluyó también vigilancia epidemiológica, inspección conjunta de fronteras y el monitoreo satelital de zonas afectadas. La eficacia de estas medidas fue confirmada por expertos del Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (APHIS), quienes concluyeron que el brote estaba bajo control.

Reapertura paulatina y protocolos estrictos

El USDA anunció que la frontera volverá a abrirse de manera gradual a partir del 7 de julio. El primer punto habilitado será el puerto fronterizo de Douglas, Arizona. En las semanas siguientes se sumarán Columbus y Santa Teresa en Nuevo México, así como Del Río y Laredo en Texas. Esta reapertura será escalonada, dependiendo de los reportes sanitarios y la estabilidad de las regiones productoras.

Como medida preventiva, solo se permitirá el ingreso de ganado y bisontes nacidos y criados en Sonora o Chihuahua, estados con estatus sanitario privilegiado. Los equinos podrán ingresar desde cualquier parte del país, pero deberán cumplir con una cuarentena de siete días en instalaciones certificadas. Las autoridades estadounidenses realizarán revisiones constantes y podrían detener el flujo si se detectan nuevas amenazas.

Reacción de autoridades mexicanas

La presidenta Claudia Sheinbaum celebró el anuncio y afirmó que el restablecimiento de las exportaciones demuestra que la cooperación técnica internacional puede dar resultados tangibles. Reconoció también el trabajo conjunto de la Secretaría de Agricultura y el gobierno estadounidense, destacando que la ciencia y la diplomacia lograron contener una amenaza sin recurrir a confrontaciones.

El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, detalló que la reapertura es resultado de una gestión rigurosa del Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (DINESA), que incluye inspecciones físicas, análisis moleculares y trazabilidad digital del ganado. También mencionó que se fortalecerá el monitoreo en el sur del país para evitar futuros brotes, y se mantendrán las liberaciones de moscas estériles como medida preventiva permanente.

Dimensión económica y lecciones sanitarias

México exporta más de un millón de cabezas de ganado al año, principalmente a Estados Unidos. Solo en 2024, las ventas superaron los 800 millones de dólares. La suspensión temporal puso en riesgo esa dinámica, afectando cadenas logísticas, mercados secundarios y a miles de trabajadores del sector pecuario.

El episodio deja varias lecciones. Primero, la fragilidad de los sistemas sanitarios regionales ante brotes inesperados. Segundo, la necesidad de contar con infraestructura biotecnológica activa y no reactiva. Y tercero, que la integración económica entre ambos países requiere también armonía en los estándares sanitarios, más allá de lo comercial.

Esta reapertura no solo restituye un flujo económico vital, sino que también refuerza el mensaje de que el control de plagas no puede depender exclusivamente de sanciones o bloqueos, sino de cooperación, ciencia y vigilancia continua.


Conclusiones

La reapertura gradual de la frontera estadounidense para la importación de ganado mexicano representa un éxito técnico, diplomático y económico. El control del gusano barrenador mediante un programa conjunto de biocontrol y vigilancia regional permitió reactivar una industria clave sin recurrir a largos litigios o tensiones bilaterales. Ahora, el reto es mantener el control sanitario, reforzar la infraestructura de prevención y consolidar mecanismos permanentes de respuesta ante futuros brotes. Esta experiencia ofrece un modelo de colaboración internacional eficaz frente a riesgos zoonóticos en contextos transfronterizos.

Lo que pasa en el mundo también impacta aquí. Acompaña a Ale Díaz de la Vega en vivo a las 10 am en El Daily Diario para entender los eventos clave a nivel global.

COMPARTE:

Título de tu página Últimas noticias de la colmena