El incidente
El 19 de agosto de 2025 se registró un nuevo percance en el Tren Maya: un vagón se descarriló en Izamal, Yucatán, en el tramo que conecta Mérida con Cancún. Aunque no hubo heridos, el suceso volvió a poner en evidencia posibles fallos técnicos en el sistema ferroviario. Se trató del sexto incidente de este tipo en la ruta Cancún–Mérida, lo que refuerza el reclamo de mayor transparencia y revisión por parte de la oposición.
La postura de Ricardo Anaya
Ricardo Anaya, coordinador del PAN en el Senado, calificó el Tren Maya como un “monumento a la improvisación”, subrayando que el proyecto evidenció severos problemas de planeación y sobrecostos. Recordó que los presupuestos iniciales estimaban un costo de 150 mil millones de pesos, cifra que se disparó a más de 500 mil millones. También criticó que la obra careciera de estudios ambientales concluyentes desde sus inicios.
Anaya solicitó formalmente la comparecencia del director general del Tren Maya, David Lozano, para que explique a detalle la situación. También propuso la conformación de una comisión investigadora transparente y objetiva que analice las causas del reciente incidente y otros anteriores.
Respuesta oficial y del oficialismo
Desde Palacio Nacional, David Lozano explicó que el descarrilamiento se debió a una anomalía técnica en el sistema ferroviario: al pasar el segundo bogie del coche número 3, el aparato cambió de posición y provocó que el vagón saliera de las vías. Aseguró que esa falla no debería haber ocurrido y que está siendo analizada por expertos.
Por su parte, legisladores de Morena pidieron no magnificar el incidente, señalando que ocurrió en una estación dentro de una ruta de más de mil kilómetros, y afirmaron que el sistema masivo está sujeto a revisiones técnicas sin detener operaciones.
El PRI también se sumó a la exigencia de mayor claridad. Su dirigente nacional vinculó el incidente con un modelo de corrupción asociado al partido en el poder, advirtiendo que está en riesgo la seguridad de los usuarios.
Contexto técnico y antecedentes
El Tren Maya, inaugurado en partes entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, busca conectar el sureste del país mediante un sistema ferroviario moderno, turístico y de carga. Desde su concepción enfrentó críticas por el impacto ambiental, la falta de estudios socioambientales y cuestionamientos sobre su financiamiento y costos.
Este nuevo incidente, aunque sin heridos, se suma a una serie de fallas previas:
- En marzo de 2024, un descarrilamiento en Tixkokob por problemas de fijación en la vía.
- En enero de 2025, otro descarrilamiento en Bacalar durante maniobras de carga.
- En agosto de 2025, el de Izamal, sexto en la ruta Cancún–Mérida.
Cada uno ha sido justificado como una anomalía aislada, pero la sucesión genera demandas de rendición de cuentas y refuerzos técnicos.
Conclusiones
- El descarrilamiento en Izamal no provocó víctimas, pero intensifica las críticas a la seguridad operativa del Tren Maya.
- Ricardo Anaya demanda la comparecencia del director general y una comisión investigadora clara.
- Morena opta por una respuesta moderada, apelando a la prudencia y apostando por la revisión técnica sin suspender operaciones.
- El repunte de fallas pone en duda la suficiencia de protocolos y subraya la urgencia de reforzar el sistema de supervisión y la transparencia presupuestaria.
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