Una noche histórica en Toronto
Los Seattle Mariners dieron un golpe contundente en la Serie de Campeonato de la Liga Americana al derrotar 10–3 a los Toronto Blue Jays en el Rogers Centre, colocándose 2–0 arriba antes de viajar a casa. Fue una exhibición ofensiva tan explosiva como calculada: el equipo de Scott Servais castigó cada error del bullpen canadiense y dejó claro que su objetivo no es otro que alcanzar la primera Serie Mundial en la historia de la franquicia.
Desde el primer inning, Seattle mostró una mentalidad agresiva. Conectaron tres hits consecutivos que pusieron en aprietos al abridor Alek Manoah, y aunque Toronto contuvo el daño inicial, la presión constante terminó por quebrar su estructura defensiva. El público en Toronto, que había llenado el estadio con más de 45 mil aficionados, vivió una de las noches más frustrantes de la temporada.
Jorge Polanco, el motor de la ofensiva
El dominicano Jorge Polanco volvió a ser el protagonista. Conectó un jonrón de tres carreras en la sexta entrada que rompió el empate 3–3 y cambió por completo el rumbo del partido. Con ese batazo, Polanco se unió a un reducido grupo de jugadores en la historia de Seattle en conectar cuadrangulares de ventaja en tres juegos consecutivos de postemporada.
“Me siento en confianza, y el grupo está en sintonía. No pensamos en récords, solo en ganar cada turno”, declaró Polanco tras el encuentro. Su consistencia ha sido la chispa que mantiene a flote una alineación que combina juventud con experiencia.
Julio Rodríguez y Josh Naylor completan el festival
No fue solo Polanco. Julio Rodríguez, símbolo de esta nueva generación de Mariners, sumó dos imparables, incluyendo un cuadrangular de dos carreras en la séptima, mientras que Josh Naylor selló la victoria con otro vuelacercas en la novena. Entre los tres impulsaron ocho de las diez carreras del equipo.
El bullpen de Toronto, en cambio, se derrumbó tras la salida de Manoah. Ninguno de los relevistas logró contener la ofensiva visitante. Los canadienses permitieron 12 hits y 6 bases por bolas, en una noche donde la falta de control y la desesperación se mezclaron con la presión del público local.
La respuesta de Toronto
Los Blue Jays intentaron reaccionar con jonrones solitarios de Vladimir Guerrero Jr. y Bo Bichette, pero el margen de error ya era demasiado amplio. El manager John Schneider admitió en conferencia que la derrota fue “un golpe de realidad”: “Sabemos que podemos competir, pero hoy simplemente fuimos superados en cada aspecto. Nos toca demostrar carácter en la carretera”.
La ofensiva de Toronto, que fue una de las más consistentes durante la temporada regular, ha batallado con los lanzamientos rompientes y el pitcheo zurdo. Los Mariners han sabido explotar esas debilidades, alternando envíos cortados y cambios de velocidad que limitan la producción del corazón del orden al bate.
El pitcheo de Seattle: solidez y control
Por el montículo de Seattle pasó Logan Gilbert, quien trabajó seis entradas sólidas, permitiendo tres carreras y ponchando a ocho rivales. Aunque su inicio fue titubeante, ajustó a tiempo y controló los turnos largos de los bateadores de Toronto. Detrás de él, el bullpen fue perfecto: cuatro relevistas combinaron tres entradas sin permitir imparables.
El cuerpo técnico destacó la disciplina del staff de pitcheo. En palabras de Servais, “cada lanzamiento fue parte de un plan”. La ejecución impecable desde el séptimo inning hasta el cierre subrayó la madurez del equipo, que ha aprendido a manejar escenarios de presión sin perder su compostura.
Camino a Seattle: ambiente y expectativas
La serie se traslada ahora al T-Mobile Park, donde los Mariners tendrán la oportunidad de definir en casa su boleto a la Serie Mundial. La afición, que ha esperado décadas por este momento, agotó las entradas en cuestión de minutos. En Seattle se respira una sensación de destino: un equipo que, tras años de frustraciones, finalmente parece haber encontrado su identidad.
Para los Blue Jays, el viaje representa un desafío monumental. Deberán ganar al menos dos partidos fuera de casa para extender la serie y recuperar el impulso. Sus opciones pasan por despertar su ofensiva y detener a una alineación de Seattle que luce intratable.
Un punto de inflexión en la historia de la franquicia
Seattle no había estado tan cerca de una Serie Mundial desde principios de los 2000. En 2025, el grupo combina liderazgo veterano, jóvenes talentosos y una rotación profunda. El club ha demostrado consistencia, química y un espíritu competitivo que ha encendido la ciudad.
“Estamos viviendo un sueño, pero no hemos terminado”, dijo Julio Rodríguez al finalizar el juego. La frase sintetiza la sensación dentro del vestidor: determinación, hambre y una confianza que parece crecer con cada swing.
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