Un tropiezo en el escenario que puso a prueba la experiencia
Durante una presentación de la gira Vivir Sin Aire Tour en Dallas, Texas, el baterista mexicano Álex González, integrante de la legendaria banda Maná, protagonizó un momento inesperado que rápidamente se volvió viral. Mientras interpretaba el clásico “Déjame Entrar”, el músico perdió el equilibrio al intentar un giro acrobático frente a su batería y cayó de espaldas junto con parte de su equipo.
El accidente fue captado por decenas de asistentes y compartido en redes sociales, donde las imágenes mostraban cómo el músico, apodado cariñosamente “El Animal” por su energía inagotable, se incorporó de inmediato, retomó sus baquetas y continuó tocando como si nada hubiera pasado. La reacción del público fue inmediata: una ovación cerrada que transformó el incidente en uno de los momentos más comentados del tour.
El estilo intenso que lo distingue
A lo largo de su carrera, Álex González ha sido reconocido por su entrega absoluta en el escenario. Con más de tres décadas como parte de Maná, su estilo se caracteriza por una energía explosiva que combina técnica, improvisación y espectáculo. En esta ocasión, ese mismo ímpetu fue el que lo llevó a perder el equilibrio, pero también el que lo impulsó a levantarse con una sonrisa y continuar el show.
El baterista es conocido por convertir cada concierto en una experiencia física y emocional, y esta caída no hizo más que reafirmar esa reputación. En una industria donde las giras exigen precisión y resistencia, González demostró que la experiencia y el profesionalismo son tan importantes como el talento.
Una reacción que inspira
Lo que más llamó la atención de fans y críticos no fue la caída en sí, sino la forma en que la manejó. Sin dramatismo ni interrupciones, González mantuvo el ritmo y la conexión con el público, lo que fue interpretado como una muestra de disciplina y amor por su oficio. En redes sociales, cientos de usuarios elogiaron su actitud con mensajes como “Esto es ser un verdadero músico” y “Ni una caída detiene al Animal”.
Incluso algunos de sus compañeros de banda continuaron tocando sin notar lo ocurrido, una muestra de la compenetración y el enfoque con el que Maná enfrenta cada presentación. El momento, que pudo haber sido un error embarazoso, terminó convirtiéndose en una anécdota que refuerza la imagen de un artista que no se rinde ni ante el imprevisto.
Entre el humor y la admiración del público
Las redes sociales no tardaron en reaccionar. Muchos fans compartieron el video del incidente con mensajes humorísticos —“La batería lo quiso abrazar” o “Álex no conoce el modo tranquilo”—, mientras otros lo tomaron como una metáfora de resiliencia: caerse, levantarse y seguir tocando.
Esta dualidad entre humor y respeto refleja la conexión especial que Maná mantiene con su público. A lo largo de su carrera, la banda ha cultivado una relación cercana con sus seguidores, quienes ven en ellos no solo a músicos, sino a símbolos de constancia y pasión por la música latina.
La exigencia del espectáculo en vivo
La caída de Álex González pone en perspectiva las exigencias del espectáculo en directo. En los grandes escenarios, cada movimiento está calculado, pero el margen de error siempre existe. Sin embargo, lo que distingue a los verdaderos profesionales es la capacidad de adaptarse y continuar, incluso cuando algo sale mal.
El percance también recordó un episodio similar protagonizado años atrás por Fher Olvera, vocalista de la banda, quien sufrió una caída en pleno concierto. Estos accidentes, lejos de empañar la trayectoria del grupo, han servido para humanizarlos ante sus seguidores: incluso los artistas más grandes son vulnerables a los imprevistos, y su grandeza radica en cómo los enfrentan.
Un símbolo de entrega y resiliencia
A sus más de 50 años, Álex González sigue siendo un ejemplo de energía y compromiso artístico. Su reacción ante el accidente refuerza la idea de que el espectáculo debe continuar, sin importar las circunstancias. En tiempos en que las presentaciones en vivo son cada vez más elaboradas y demandantes, su actitud se convierte en una lección de profesionalismo para las nuevas generaciones de músicos.
Maná continúa su gira sin alteraciones en las fechas, lo que confirma que el incidente no tuvo consecuencias mayores. Para los fanáticos, quedará como una anécdota divertida; para los músicos, como una muestra de lo que significa amar el escenario por encima de todo.
Conclusión
El tropiezo de Álex González no fue una caída, sino una demostración de temple. En cuestión de segundos, convirtió un error en una muestra de carácter, y un accidente en una ovación. Su actitud es recordatorio de que los verdaderos artistas no se definen por su perfección, sino por su capacidad de levantarse, sonreír y seguir tocando.
Referencias
- Crónica de Xalapa: “Álex González, baterista de Maná, sufre aparatosa caída durante concierto en Dallas”.
- Excélsior: “¡Le pasó como a Fher! Álex, baterista de Maná, sufre caída en pleno concierto”.
- El Siglo de Torreón: “Álex González, baterista de Maná, sufre caída en pleno concierto”.
- Uno TV: “Álex González, baterista de Maná, sufre caída en pleno concierto”.
- EMOL: “Álex González, baterista de Maná, sufre aparatosa caída en concierto en Estados Unidos”.
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