Introducción
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) volvió a empujar el límite de lo observable al identificar en la galaxia LAP1-B lo que podrían ser indicios de las primeras estrellas del universo, las llamadas estrellas de Población III.
Esas estrellas, formadas poco después del Big Bang, serían las primeras en encenderse en un cosmos todavía “virgen”, compuesto casi exclusivamente de hidrógeno y helio. Detectarlas directamente ha sido, durante décadas, uno de los grandes sueños de la astronomía moderna.
Aunque los resultados aún no son una confirmación definitiva, el hallazgo coloca a LAP1-B como una de las mejores candidatas para albergar restos o huellas de esa primera generación estelar.
¿Qué son las estrellas de Población III?
La teoría cosmológica divide a las estrellas en tres “poblaciones”:
- Población I: estrellas relativamente jóvenes, ricas en metales (como el Sol), formadas tras muchas generaciones de explosiones estelares.
- Población II: estrellas viejas, con menos metales, que se formaron en las primeras etapas de las galaxias.
- Población III: las primeras estrellas del universo, formadas únicamente a partir de hidrógeno y helio primordiales, sin elementos pesados (“metales”) en su interior.
Estas estrellas de Población III se cree que eran:
- Extremadamente masivas (decenas o cientos de veces la masa del Sol).
- Muy calientes y luminosas.
- De vida muy corta: podían explotar en pocos millones de años.
Justamente por esa vida tan breve y por lo lejanas que están en el tiempo, encontrarlas es tan difícil: lo que vemos hoy son huellas indirectas en galaxias muy antiguas y muy débiles.
La galaxia LAP1-B y la lente gravitacional
La protagonista del estudio es la galaxia LAP1-B, situada a unos 13 mil millones de años luz. Eso significa que la estamos viendo tal y como era cuando el universo tenía apenas una fracción de su edad actual.
Detectar algo tan lejano requeriría, en principio, un telescopio mucho más grande que cualquier cosa que podamos construir. Pero aquí entra un truco de la naturaleza:
- Entre nosotros y LAP1-B se encuentra un cúmulo de galaxias masivo, que actúa como una lente gravitacional.
- La gravedad de este cúmulo curva la luz que viene de atrás y funciona como un “lente cósmico”, amplificando el brillo de LAP1-B hasta unas 100 veces.
Gracias a esa amplificación natural y a la sensibilidad del James Webb en el infrarrojo, los astrónomos pudieron estudiar con detalle la luz de esta galaxia primitiva.
¿Qué vio exactamente el James Webb?
El equipo analizó el espectro de la luz proveniente de LAP1-B: descompusieron la luz en sus diferentes longitudes de onda para identificar firmas químicas y físicas. Entre los resultados destacaron:
- Una metalidad extremadamente baja, es decir, una escasez notable de elementos más pesados que el helio.
- Un patrón de emisión compatible con estrellas muy jóvenes y masivas.
- Características que sugieren que parte de la radiación podría proceder de estrellas prácticamente “vírgenes” de metales.
Todo esto coincide con lo que se espera de zonas donde pudieron existir estrellas de Población III, o al menos de regiones que todavía conservan sus huellas más directas.
Por qué aún no se habla de confirmación
A pesar del entusiasmo, los propios científicos insisten en la cautela. No podemos decir aún “hemos visto estrellas de Población III” por varias razones:
- Señales mezcladas
La luz que llega desde LAP1-B no proviene de una sola estrella, sino de muchas. Es complicado separar qué parte corresponde a estrellas normales muy jóvenes y qué parte podría venir de “candidatas Población III”. - Modelos teóricos en revisión
Las predicciones sobre cómo deberían verse exactamente estas primeras estrellas aún tienen margen de incertidumbre. Nuevas simulaciones podrían matizar la interpretación de los datos. - Se necesitan más observaciones
Los astrónomos planean observar LAP1-B y objetos similares con distintas configuraciones del Webb, otros filtros y mayor tiempo de exposición para reforzar o refutar la hipótesis.
En otras palabras: lo que hay ahora es una candidata muy fuerte y muy prometedora, pero no un veredicto final.
Por qué este hallazgo es tan importante
Aunque la confirmación definitiva tarde, el estudio de LAP1-B ya es crucial por varias razones:
1. Ventana al “amanecer cósmico”
Estas observaciones se acercan a la época en la que se encendieron las primeras estrellas y galaxias. Entender esa fase es clave para responder preguntas como:
- ¿Cuándo se iluminó el universo tras la “edad oscura”?
- ¿Cómo contribuyeron las primeras estrellas a ionizar el hidrógeno intergaláctico?
2. Química del universo primitivo
Las estrellas de Población III habrían sido las primeras en fabricar elementos pesados como carbono, oxígeno, hierro… que después se esparcieron por el espacio cuando esas estrellas explotaron.
Sin ellas, no habría planetas rocosos, ni agua, ni vida tal como la conocemos. Estudiar galaxias con metalidad casi nula es asomarse al momento en que esa química empezó a cambiar.
3. Validación de la técnica de lentes gravitacionales
LAP1-B también demuestra el poder de combinar el James Webb con lentes gravitacionales para ir cada vez más atrás en el tiempo cósmico. Es una especie de “prueba de concepto” para futuros descubrimientos de objetos aún más antiguos y más débiles.
Lo que viene a continuación
El trabajo con LAP1-B es apenas el inicio de una campaña más amplia:
- Se planea observar otros objetos amplificados por lentes gravitacionales que tengan propiedades similares.
- Nuevas herramientas de análisis espectral tratarán de separar mejor la contribución de distintos tipos de estrellas.
- Misiones futuras, junto con el Webb, podrían aportar datos complementarios en otras bandas de energía (por ejemplo, rayos X o radio) para reconstruir la historia de esas primeras generaciones estelares.
Cada nueva galaxia candidata ayudará a refinar los modelos y a responder la pregunta de fondo: ¿cómo pasó el universo de ser un lugar oscuro y simple a uno lleno de galaxias, planetas y vida?
Conclusión
El posible rastro de estrellas de Población III en la galaxia LAP1-B representa uno de los avances más emocionantes en cosmología de los últimos años.
Aunque aún no podamos afirmar que hemos “visto” directamente las primeras estrellas del universo, nos encontramos más cerca que nunca de comprender cómo se encendió, por primera vez, la luz en el cosmos.
El James Webb, apoyado por los lentes gravitacionales naturales del universo, está transformando en datos lo que antes era solo teoría. Y, paso a paso, nos acerca al momento en que podamos decir con certeza: así se vieron las primeras estrellas que existieron.
Referencias
- Publicaciones científicas recientes sobre la galaxia LAP1-B y su espectro con baja metalidad.
- Comunicados de institutos de astronomía y agencias espaciales sobre el uso de lentes gravitacionales con el telescopio James Webb.
- Artículos de divulgación especializados que explican el contexto de las estrellas de Población III y la reionización del universo.
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