La nueva presión comercial de Estados Unidos
En las últimas semanas, la industria acerera de Estados Unidos ha intensificado sus señalamientos contra México, acusándolo de permitir que grandes volúmenes de acero chino entren a territorio estadounidense a través de exportaciones mexicanas que, según ellos, no cumplen con las reglas de origen del T-MEC.
De acuerdo con productores estadounidenses, México habría incrementado la importación de acero barato procedente de China, para luego transformarlo o procesarlo mínimamente y exportarlo hacia Estados Unidos como si fuera producto mexicano. Esta práctica —conocida como “triangulación” o “desvío comercial”— generaría competencia desleal contra el acero estadounidense y violaría las disposiciones del tratado comercial vigente entre México, Estados Unidos y Canadá.
Estas acusaciones han provocado nuevas tensiones en la relación comercial bilateral, en un momento en el que Washington mantiene una postura más estricta contra productos chinos que ingresan indirectamente al mercado norteamericano.
La postura de México ante los señalamientos
El gobierno mexicano rechazó que exista triangulación o desvío comercial. Afirmó que las importaciones de acero desde China responden a condiciones del mercado global y que el país mantiene sus operaciones dentro del marco legal del T-MEC. México sostiene que ha reforzado los mecanismos de monitoreo del origen del acero y que no funciona como “puente” para evadir aranceles estadounidenses.
Funcionarios mexicanos también han insistido en que cualquier incremento en la presencia de acero chino responde a fenómenos internacionales, como sobreproducción asiática, caída de precios y cambios en la demanda global. México asegura que cuenta con las herramientas regulatorias necesarias —incluyendo salvaguardas, permisos previos y acuerdos con la industria— para garantizar que el acero exportado desde territorio nacional cumpla con el contenido regional exigido por el tratado.
Por qué Estados Unidos está escalando el tema
Para la industria acerera estadounidense, la entrada indirecta de acero chino representa una amenaza estratégica: China produce más acero del que su mercado interno consume y lo exporta a precios muy bajos. Estados Unidos ha impuesto aranceles, cuotas y medidas antidumping contra estos productos; sin embargo, teme que ingrese al país a través de socios comerciales.
Las empresas siderúrgicas estadounidenses presionan a la administración norteamericana para exigir consultas formales con México bajo el mecanismo de solución de controversias del T-MEC. De abrirse un panel, Estados Unidos podría buscar sanciones, restricciones o nuevos requisitos para el acero mexicano.
Además, en el contexto político interno de Estados Unidos, endurecer la supervisión sobre las importaciones se presenta como una medida popular entre sectores manufactureros, por lo que el acero se convierte en un tema de interés electoral y económico.
Posibles consecuencias para México y su industria
De escalar el conflicto, México podría enfrentar diversos impactos:
- Mayor escrutinio a sus exportaciones, lo que incrementaría los costos de verificación del origen y podría retrasar operaciones comerciales.
- Riesgo de sanciones o represalias, en caso de que Estados Unidos reclame incumplimiento de las reglas del T-MEC.
- Afectación a Pymes y grandes acereras mexicanas, que podrían ver limitada su capacidad de exportación o enfrentar nuevos requisitos de certificación.
- Tensiones adicionales en otros capítulos del T-MEC, en un momento en el que los tres países ya enfrentan controversias en sectores como energía, agricultura y automotriz.
Para evitar estos escenarios, México afirma que mantiene diálogo constante con Estados Unidos y Canadá, y que trabaja en mecanismos de trazabilidad que permitan verificar el origen exacto del acero procesado en territorio nacional.
Un conflicto que refleja un problema global
La disputa entre México y Estados Unidos no es aislada: forma parte de la creciente tensión internacional por la sobreproducción de acero en China y su efecto en los mercados globales. Países como Brasil, India y miembros de la Unión Europea han tomado medidas similares para evitar el ingreso de acero chino a precios deprimidos.
Expertos en comercio internacional señalan que este tipo de acusaciones y litigios podrían intensificarse conforme se acerquen revisiones del T-MEC y aumente el proteccionismo a nivel global. Para México, esto supone el reto de fortalecer su industria nacional sin romper con sus socios comerciales.
Referencias
— Reuters
— Bloomberg
— El Financiero
— El Economista
— Expansión
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