Un hallazgo que reabre heridas en Michoacán
El hallazgo de al menos cuatro cuerpos en un predio rural de Uruapan, Michoacán, volvió a colocar en el centro de la discusión pública la crisis de desapariciones en el estado. El descubrimiento fue realizado por un grupo de madres buscadoras que, tras recibir indicios sobre posibles fosas clandestinas, ingresaron a un terreno en la comunidad de Toreo el Alto, una zona históricamente golpeada por la presencia del crimen organizado.
El caso tomó mayor relevancia cuando se confirmó que el predio pertenece a la familia del diputado independiente Carlos Alejandro Bautista Tafolla, quien afirmó haber abandonado el lugar hace más de ocho años debido a la inseguridad en la región.
Cómo se llegó al hallazgo: una búsqueda impulsada por familias
De acuerdo con las buscadoras, el operativo comenzó tras una alerta comunitaria: vecinos habían reportado olores fétidos y actividad sospechosa en los alrededores del predio. Las madres, acostumbradas a trabajar sin apoyo institucional, se trasladaron por su cuenta al lugar y, con las herramientas improvisadas que suelen utilizar, ubicaron restos humanos en diferentes puntos de la propiedad.
El diputado confirmó que meses atrás, un perro que merodeaba el área encontró un cráneo humano, lo que lo llevó a contactar al colectivo y pedirles que revisaran la zona. Sin embargo, también denunció que las autoridades no respondieron a tiempo a su llamado, lo que obligó a las buscadoras a ingresar sin acompañamiento oficial.
La falta de presencia institucional en la zona es una constante señalada por colectivos de búsqueda: los tiempos de espera para obtener apoyo suelen ser excesivos y, muchas veces, las investigaciones avanzan únicamente por presión familiar.
Toreo el Alto: una región marcada por el crimen
La comunidad donde se ubica el predio ha sido durante años un punto estratégico para grupos criminales que operan entre Uruapan, Paracho y Los Reyes.
En octubre pasado, fuerzas federales y estatales realizaron un operativo en el área, asegurando:
- armas largas,
- una ametralladora,
- granadas,
- equipo táctico,
- vehículos robados.
A pesar del arsenal encontrado, no hubo detenciones, lo que reforzó la percepción de que se trata de un corredor delictivo dominado por células con alto nivel de movilidad y protección territorial.
En este contexto, el hallazgo de fosas clandestinas —o de restos dispersos en superficie— no resulta inusual para la región. Michoacán es uno de los estados con mayor número de desapariciones, y Uruapan se ha convertido en un epicentro de violencia, enfrentamientos y disputas entre grupos que buscan controlar rutas de tráfico y extorsión.
La postura del diputado: defensa, distancia y exigencia
El diputado Carlos Alejandro Bautista Tafolla transmitió un video en vivo desde la zona del hallazgo, portando un chaleco blindado. En él, sostuvo que:
- su familia abandonó el predio hace más de ocho años,
- no tiene relación con la presencia de cuerpos,
- las autoridades ignoraron su solicitud de apoyo,
- la zona es un punto de tránsito criminal, por lo que cualquier resto encontrado podría relacionarse con hechos ocurridos después de que él dejó la propiedad.
Bautista Tafolla pidió que las investigaciones avancen sin especulaciones y solicitó refuerzos de seguridad para que las buscadoras puedan trabajar sin riesgo, insistiendo en que cualquier señalamiento en su contra carece de fundamento.
El trabajo de las buscadoras: entre la esperanza y la frustración
Para los colectivos de búsqueda, este hallazgo es una prueba más de la magnitud de la crisis de desapariciones: las familias encuentran más cuerpos que las instituciones encargadas de buscarlos.
La ausencia de peritos al momento del descubrimiento obligó a las madres a detener las excavaciones y esperar a que la Fiscalía llegara para levantar los restos y preservar la cadena de custodia.
Las buscadoras han denunciado en repetidas ocasiones que:
- carecen de apoyo policial durante los recorridos,
- no reciben protección integral,
- operan en zonas con presencia activa de grupos criminales,
- realizan tareas que deberían corresponder al Estado.
A pesar de esto, son ellas quienes han logrado localizar la mayoría de fosas clandestinas en Michoacán durante los últimos años.
Restos por identificar: la larga espera de las familias
Los cuerpos localizados en el predio serán sometidos a análisis forenses para su identificación.
El proceso puede tardar semanas o incluso meses debido a:
- la saturación de los laboratorios,
- la falta de personal especializado,
- los retrasos acumulados en los bancos de ADN.
Las familias de desaparecidos en Uruapan ya han solicitado que se informe con transparencia sobre los avances y que se dé prioridad al cruce de datos con denuncias recientes.
Para muchas madres, estos hallazgos son una mezcla de sentimientos:
el dolor de encontrar cuerpos, pero también la esperanza de saber, finalmente, qué ocurrió con sus seres queridos.
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