El paraíso turístico de Acapulco, Guerrero, se ha convertido en una escena de desolación tras el paso del devastador huracán Otis de categoría 5. Las imágenes de hoteles despedazados, restaurantes inundados y calles desbordadas muestran la magnitud del desastre. Con árboles arrancados de raíz, postes de electricidad tumbados y vehículos arrastrados por las corrientes, la ciudad ha vivido momentos de auténtico terror.

El panorama es desolador: calles anegadas, automóviles arrastrados y banquetas destruidas. Las comunicaciones y el suministro eléctrico están interrumpidos, lo que agrava la situación. Los expertos señalan que no se veía una devastación similar desde hace muchos años. La información oficial llega con cuentagotas, pero ya se ha confirmado la triste cifra de 27 fallecidos y 4 desaparecidos.

En un gesto de solidaridad, autoridades de la UNAM y diversas alcaldías han habilitado el Estadio Olímpico de CU y el Salón de Usos Múltiples de Álvaro Obregón como centros de acopio para ayudar a las víctimas del huracán. Además, Marcelo Ebrard ha establecido un centro de acopio en la Colonia del Valle, Ciudad de México, y es probable que Mario Delgado contribuya en la recolección y envío de víveres a los afectados.

La ayuda es crucial para sobrellevar este difícil momento que enfrentan los habitantes de Acapulco. La naturaleza ha golpeado duro, pero la solidaridad de los mexicanos es más fuerte.

Para más detalles sobre cómo ayudar y la evolución de esta situación, no olvides sintonizar El Daily Diario con Ale Díaz de la Vega.