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AstraZeneca anunció el retiro de su vacuna contra el COVID-19, conocida como Vaxzevria, ante la disminución de la demanda y la disponibilidad de vacunas actualizadas. Aunque esta vacuna fue clave para salvar millones de vidas durante la pandemia, enfrentó problemas como preocupaciones sobre el riesgo de trombosis y desafíos en su suministro. Estos contratiempos afectaron la percepción pública y la confianza en la vacuna, lo que llevó a varios países a reconsiderar su distribución.
Preocupaciones sobre Riesgos de Trombosis
Una de las principales razones detrás del descenso en la aceptación de la vacuna fueron las preocupaciones sobre el riesgo de trombosis. Si bien los incidentes de coágulos sanguíneos asociados a la vacuna eran raros, ocurrieron casos graves que impulsaron la presentación de demandas legales por parte de pacientes y familias. Estas denuncias se centraron en un trastorno raro denominado trombocitopenia inducida por la vacuna (TTS), que afectó a un pequeño porcentaje de personas vacunadas, causando lesiones y muertes en algunos casos.
Logros Destacados y Perspectivas Futuras
A pesar de los desafíos, la vacuna AstraZeneca contribuyó significativamente al control de la pandemia, con más de 2 mil millones de dosis entregadas a 170 países. El desarrollo de esta vacuna marcó un hito en la cooperación científica y la capacidad de respuesta global. Su eficacia en la prevención de hospitalizaciones y muertes sigue siendo reconocida, pero con el avance de nuevas variantes y la disponibilidad de vacunas más modernas, la necesidad de Vaxzevria ha disminuido.
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