Astrónomos hallan un misterioso doble anillo cósmico

Un hallazgo que desafía nuestra visión del universo

En un avance espectacular para la astronomía de radio, un equipo de científicos, en colaboración con voluntarios de ciencia ciudadana, ha descubierto un fenómeno cósmico extraordinario: RAD J131346.9+500320, un “círculo de radio extraño” (ORC, por sus siglas en inglés) que exhibe dos anillos intersectados, algo extremadamente inusual. Este objeto no solo es el ORC más lejano hasta ahora detectado, sino también el más potente medido hasta la fecha.

El descubrimiento fue publicado en octubre de 2025 en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, como parte del proyecto RAD@home, una iniciativa de ciencia colaborativa que combina observaciones profesionales con participación ciudadana.


¿Qué son los ORC (Odd Radio Circles)?

Los ORC son estructuras cósmicas circulares y tenues que emiten radiación en longitudes de onda de radio, pero carecen de un brillo visible o infrarrojo perceptible. Rodean galaxias y son tan grandes que pueden tener entre 10 y 20 veces el tamaño de la Vía Láctea. Hasta ahora se han detectado solo unas pocas decenas en todo el universo conocido.

Estas estructuras han desconcertado a los astrónomos desde su descubrimiento en 2019. Su origen aún no está claro, aunque existen diversas teorías: podrían ser ondas de choque producidas por fusiones de agujeros negros supermasivos, vientos galácticos generados por núcleos activos, o incluso ecos de emisiones de radio antiguas reactivadas por procesos energéticos posteriores.

Cada ORC descubierto representa una pista más en el rompecabezas sobre cómo las galaxias y los agujeros negros interactúan con su entorno, liberando energía que se propaga miles de años luz hacia el espacio interestelar.


Características del objeto RAD J131346.9+500320

El ORC recientemente identificado se encuentra a unos 7,500 millones de años luz de la Tierra, lo que significa que su luz comenzó su viaje cuando el universo tenía la mitad de su edad actual. Su distancia y potencia lo convierten en un registro excepcional dentro de la astronomía extragaláctica.

Lo que más sorprendió al equipo fue su forma: presenta dos anillos perfectamente delineados y superpuestos, como si se tratara de una doble onda de energía expandiéndose desde un mismo centro. Cada anillo mide alrededor de 300 kilopársecs de diámetro (aproximadamente 978,000 años luz), mientras que la estructura difusa completa alcanza casi 2.6 millones de años luz de extensión.

El análisis espectral revela que la emisión de radio es muy empinada, una señal de que se trata de plasma envejecido, probablemente remanente de un evento energético antiguo. Esto indica que no hay una inyección continua de energía desde un núcleo activo, sino una especie de huella fósil de actividad pasada.

La galaxia anfitriona, identificada ópticamente como SDSS J131346.92+500319.3, se encuentra en un cúmulo de galaxias de gran masa, lo que sugiere que su entorno podría haber influido en la formación del doble anillo. Los investigadores detectaron al menos 15 galaxias vecinas con características similares, un contexto denso que podría haber amplificado el fenómeno.


El papel de la ciencia ciudadana

Uno de los aspectos más notables del hallazgo es que fue identificado por científicos ciudadanos pertenecientes al programa indio RAD@home. Este proyecto, que forma parte de una red de colaboración internacional, entrena voluntarios para analizar imágenes astronómicas de radiotelescopios y detectar patrones inusuales que los algoritmos automáticos no siempre reconocen.

El descubrimiento de este ORC demuestra la fuerza del trabajo colaborativo entre profesionales y aficionados, combinando la intuición humana con la precisión del procesamiento digital. Gracias a esta sinergia, se están encontrando estructuras que de otro modo podrían pasar desapercibidas, y que desafían nuestra comprensión del cosmos.


Hipótesis sobre su origen

Aunque no existe una explicación definitiva, los astrónomos barajan varias hipótesis sobre cómo se formó RAD J131346.9+500320:

1. Emisión relicta reactivada. La morfología y el espectro indican que podría tratarse de una burbuja de plasma antiguo, vestigio de una explosión cósmica que fue “revitalizada” por interacciones posteriores.

2. Supervientos galácticos. Otra posibilidad es que potentes vientos emitidos por el núcleo de la galaxia hayan provocado ondas de choque que se expandieron hacia el espacio, generando anillos concéntricos de radiación.

3. Interacción con el entorno del cúmulo. El medio intergaláctico que rodea al cúmulo podría haber moldeado el plasma, confiriéndole esa forma simétrica de doble anillo.

4. Fusión o actividad de agujeros negros. También se contempla que antiguos episodios de fusión entre agujeros negros supermasivos hayan liberado la energía necesaria para producir estas ondas expansivas.

Cada una de estas teorías coincide en un punto: la energía involucrada debió ser colosal, suficiente para alterar el gas intergaláctico a escalas de millones de años luz.


Implicaciones científicas

El hallazgo de RAD J131346.9+500320 tiene un impacto profundo en la comprensión de los procesos que modelan el universo. En primer lugar, confirma que las estructuras de radio gigantes ya existían cuando el cosmos era joven, lo que cambia la línea temporal de ciertos modelos evolutivos.

También refuerza la idea de que los agujeros negros y los vientos galácticos juegan un papel determinante en la expansión y forma de las galaxias. Si más ORC con doble anillo son descubiertos, los científicos podrán establecer patrones que expliquen cómo se generan y cuánto tiempo perduran.

Además, el estudio demuestra el valor de los programas de ciencia abierta. La colaboración entre ciudadanos y astrónomos profesionales es una herramienta poderosa para manejar los enormes volúmenes de datos que generan los telescopios de nueva generación.


Desafíos y preguntas abiertas

Pese a los avances, aún quedan muchas incógnitas por resolver:

  • ¿Por qué algunos ORC presentan doble anillo y otros no?
  • ¿Qué mecanismos mantienen su forma durante miles de millones de años?
  • ¿Qué tipo de evento puede liberar tanta energía sin dejar señales visibles en otras longitudes de onda?
  • ¿Existen correlatos en rayos X o infrarrojo que todavía no hemos detectado?

Responder a estas preguntas requerirá nuevas observaciones de alta resolución y el uso de telescopios de próxima generación, como el Square Kilometre Array (SKA), que permitirá estudiar el universo con una sensibilidad sin precedentes.


Conclusión

El descubrimiento de RAD J131346.9+500320, con su extraordinaria estructura de doble anillo, marca un antes y un después en la exploración del universo profundo. Representa una de las pruebas más contundentes de que aún existen fenómenos cósmicos que desafían nuestra comprensión.

Más allá del misterio científico, el hallazgo es también un triunfo humano: un recordatorio de que la curiosidad colectiva, impulsada tanto por expertos como por entusiastas, puede revelar los secretos más lejanos del cosmos.

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Referencias

  • RAS Research Highlights: “Most powerful odd radio circle to date discovered” — Royal Astronomical Society.
  • Europa Press: “Descubren el círculo de radio más poderoso hasta la fecha”.
  • arXiv: “RAD@home discovery of extragalactic radio rings and odd radio circles: clues to their origins”.
  • Live Science: “Astronomers spot the most powerful and distant odd radio circle ever seen”.
  • Space.com: “This is the most powerful known odd radio circle system in space — and citizen scientists found it”.

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