Bancos en Gaza reanudan operaciones gradualmente

Introducción

Luego de meses de parálisis financiera y devastación económica, los bancos de la Franja de Gaza comienzan a reanudar operaciones de forma gradual tras el alto al fuego alcanzado recientemente. La Autoridad Monetaria Palestina (PMA) anunció que las entidades financieras reabrirán un número limitado de sucursales mientras se reconstruyen las infraestructuras destruidas durante los combates. El proceso será lento, condicionado por la disponibilidad de efectivo, el restablecimiento de redes eléctricas y la reparación de cajeros automáticos.

El retorno parcial de los servicios bancarios representa un primer paso hacia la estabilización del sistema económico gazatí, que ha enfrentado meses de colapso total y una crisis humanitaria sin precedentes.


Contexto: el colapso del sistema financiero en Gaza

Durante la ofensiva militar, el sistema bancario de Gaza quedó prácticamente destruido. La mayoría de las sucursales fueron dañadas o saqueadas, y las redes electrónicas quedaron inoperantes por los constantes cortes de electricidad e internet.

Ante la imposibilidad de acceder al dinero en efectivo, miles de ciudadanos se vieron forzados a recurrir al mercado negro, donde las tasas cambiarias se dispararon. En algunos casos, la obtención de efectivo llegó a implicar pérdidas del 30 % del valor del dinero. La falta de liquidez afectó gravemente a comercios, hospitales y organismos humanitarios, que no pudieron pagar salarios ni adquirir suministros esenciales.

Organismos internacionales, entre ellos la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, calificaron la situación como una “emergencia económica severa”. La ONU advirtió que el bloqueo, los asedios y el desplazamiento forzado destruyeron el tejido productivo del enclave, sumiendo a su población en niveles extremos de pobreza y dependencia de la ayuda internacional.


Medidas adoptadas por la Autoridad Monetaria Palestina

La PMA instruyó a los bancos a reabrir de manera escalonada. En una primera fase, solo unas pocas sucursales podrán operar físicamente, con horario restringido y límites estrictos de retiro. Las transferencias internas y los pagos a empleados públicos se priorizarán en función de la disponibilidad de fondos.

La reactivación de los sistemas de pagos digitales será un desafío mayor: los constantes apagones y la destrucción de centros de datos han dejado inoperantes plataformas electrónicas y cajeros automáticos. Las transacciones en línea solo podrán restablecerse cuando la red eléctrica sea estable y existan garantías de seguridad informática.

Además, la PMA coordina con organismos internacionales para inyectar liquidez temporal y permitir el flujo de remesas hacia la población civil. Parte de esos recursos provendrán de fondos congelados durante la ofensiva y de mecanismos humanitarios supervisados por Naciones Unidas y países donantes.


Impacto económico y social

El daño al sistema financiero es reflejo de una crisis más profunda. El Producto Interno Bruto (PIB) de Gaza se ha desplomado a niveles históricos: se calcula que la economía local se ha contraído más del 80 % desde el inicio del conflicto.

Los precios de bienes básicos se dispararon en una inflación sin precedentes:

  • El aceite de cocina aumentó más del 1 200 %.
  • La harina, insumo esencial para el pan, se encareció hasta un 5 000 %.
  • Los combustibles y medicamentos desaparecieron del mercado formal, y los que circulan lo hacen a precios prohibitivos.

El colapso de la economía familiar ha derivado en desnutrición, desempleo y endeudamiento masivo. Los salarios públicos, principal fuente de ingreso para muchos hogares, fueron suspendidos o pagados parcialmente durante meses.

La reapertura parcial de los bancos es, por tanto, un alivio limitado: la infraestructura destruida y la falta de divisas hacen inviable una recuperación inmediata.


Obstáculos para la recuperación financiera

Aunque la reanudación bancaria es un avance, enfrenta múltiples desafíos estructurales:

  1. Destrucción de activos físicos: la mayoría de los cajeros automáticos, bóvedas y sistemas informáticos fueron destruidos o saqueados.
  2. Escasez de efectivo: las restricciones de Israel al ingreso de dinero en efectivo impiden que los bancos operen normalmente.
  3. Falta de conectividad: los cortes eléctricos impiden operar sistemas digitales con continuidad.
  4. Incertidumbre política y de seguridad: los bancos no pueden garantizar la seguridad del personal ni del transporte de valores.
  5. Pérdida de confianza pública: tras meses de cierre, muchos ciudadanos desconfían del sistema financiero y prefieren conservar efectivo o recurrir a redes informales.

Para enfrentar estos retos, la PMA y el Ministerio de Finanzas palestino han solicitado un plan de reconstrucción del sector financiero, con apoyo de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


Perspectiva internacional

La reactivación bancaria en Gaza ha generado reacciones en distintas capitales. Países donantes, entre ellos Qatar, Egipto y Noruega, han ofrecido asistencia técnica y fondos para estabilizar el sistema financiero. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han señalado que, sin un alto al fuego duradero y un marco político estable, cualquier intento de reactivación será frágil y de corto alcance.

Expertos financieros señalan que el restablecimiento bancario no resolverá los problemas estructurales: la dependencia de ayuda humanitaria, el bloqueo comercial y la ausencia de autonomía monetaria hacen que la economía gazatí siga siendo extremadamente vulnerable. Sin acceso pleno a mercados, infraestructura y capital internacional, la banca solo podrá funcionar en modo de emergencia.


Humanidad, reconstrucción y confianza

Más allá de los números, la reapertura de los bancos representa un símbolo de esperanza. En un territorio devastado, donde el acceso al dinero define la supervivencia diaria, el simple hecho de que las sucursales abran nuevamente implica la posibilidad de comprar alimentos, medicinas y reconstruir pequeños negocios.

La confianza será, sin embargo, el elemento más difícil de restaurar. Después de años de guerra, aislamiento y pérdida, los gazatíes necesitan un sistema financiero que no solo administre dinero, sino que reconstruya la vida económica con dignidad y previsibilidad.


Conclusión

El retorno paulatino de los bancos en Gaza es un paso fundamental hacia la estabilización económica del enclave, pero no marca el fin de la crisis. La reactivación financiera sin infraestructura, sin flujo comercial ni electricidad estable será apenas funcional. El futuro del sistema bancario palestino depende de la consolidación del alto al fuego, de la entrada sostenida de ayuda humanitaria y de una coordinación internacional que permita reconstruir desde lo esencial: la confianza, la liquidez y la capacidad productiva.

La reconstrucción de Gaza no puede limitarse a levantar edificios o restaurar sistemas informáticos; debe incluir la restauración del tejido social y financiero que permita a sus ciudadanos recuperar autonomía económica y esperanza en el futuro.


Referencias

  • Reuters: “Palestinian banks in Gaza to reopen gradually after ceasefire.”
  • BBC News: “Gaza’s economic collapse amid conflict and blockade.”
  • Bloomberg: “Palestinian Monetary Authority outlines phased reopening of banks.”
  • The Guardian: “After the ceasefire, Gaza faces a financial vacuum.”
  • ONU-OHCHR: “Severe liquidity and humanitarian crisis in Gaza following armed escalation.”

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