El beso podría tener 20 millones de años, según nuevo estudio

Introducción

Un nuevo análisis evolutivo sugiere que el gesto del beso —entendido como contacto boca a boca no agresivo— es muchísimo más antiguo de lo que se creía. Lejos de ser una invención cultural reciente, podría remontarse entre 16,9 y 21,5 millones de años, hasta los primeros ancestros comunes de los grandes simios.
La investigación también plantea que los neandertales practicaron el beso y que este comportamiento surgió millones de años antes de la aparición de Homo sapiens. Esta conclusión redefine la forma en que entendemos las conductas íntimas y sociales en evolución humana.


El origen del beso como conducta evolutiva

La pregunta central del estudio fue determinar si el beso es una conducta exclusivamente humana o si forma parte de un legado más antiguo dentro del linaje de los primates.
Los investigadores analizaron comportamientos en chimpancés, bonobos, orangutanes y otras especies, seleccionando interacciones que tuvieran similitudes con el beso humano: contacto bucal dirigido, sin agresión y sin transferencia de alimento.
Al mapear estos comportamientos en árboles filogenéticos, se estimó que la conducta estaba presente en un ancestro común de los grandes simios hace más de 16 millones de años, lo que implica que el beso antecede por mucho a la existencia del ser humano.


Una conducta con múltiples funciones

El estudio propone que el beso no surgió únicamente como gesto romántico, sino que pudo haber tenido una amplia gama de funciones biológicas:

1. Evaluación de parejas

El contacto cercano habría permitido a los individuos detectar señales químicas y biológicas del otro, facilitando la selección de una pareja saludable y compatible.

2. Refuerzo de vínculos sociales

En varias especies de primates, el beso no está ligado al apareamiento, sino a la cooperación. Funciona como conciliación después de conflictos o como muestra de afecto dentro del grupo.

3. Evolución de conductas parentales

Algunas prácticas antiguas, como la premasticación de alimento para crías, pudieron haber evolucionado hacia formas de contacto bucal afectivo.


¿Besaban los neandertales?

El modelo evolutivo indica que, si el ancestro común de humanos y neandertales ya presentaba esta conducta, entonces es muy probable que los neandertales también besaran.
Esta conclusión no proviene de restos arqueológicos directos, sino de la probabilidad evolutiva basada en comportamientos heredados.
La idea de neandertales besando puede parecer sorprendente, pero encaja con estudios que apuntan a que tenían estructuras sociales complejas, vínculos afectivos intensos y comportamientos similares a los humanos modernos.


Variaciones culturales: no todo humano besa

Algo importante que subraya el estudio es que el beso no es universalmente humano.
Hay culturas registradas que no lo utilizan como gesto romántico ni afectivo, lo que sugiere que, aunque la conducta tiene raíces evolutivas, su importancia actual depende de normas culturales específicas.
Esto señala que el beso es una conducta biológica antigua, pero culturalmente moldeable.


Implicaciones más amplias en la evolución humana

El hallazgo transforma la narrativa tradicional sobre las conductas afectivas:

● Las emociones tienen raíces profundas

Gestos que percibimos como románticos o culturales tienen bases evolutivas mucho más antiguas.

● La intimidad no es exclusiva del ser humano

Otras especies de primates mantienen contactos afectivos complejos que reflejan nuestra propia historia evolutiva.

● Neandertales y humanos modernos eran más similares de lo imaginado

Ambas especies compartían comportamientos sociales que se remontan a millones de años antes de su divergencia evolutiva.


Limitaciones del estudio

  • No existen pruebas directas de besos en especies extintas; todo se basa en modelos comparativos.
  • Los datos de comportamiento en primates salvajes son limitados y pueden incompletos.
  • El beso abarca muchas funciones posibles, por lo que reconstruir su origen exacto es complejo.

Conclusión

El beso, ese gesto tan cotidiano y cargado de simbolismo en muchas culturas, podría ser uno de los comportamientos más antiguos de nuestro linaje evolutivo.
Mucho antes de Homo sapiens, mucho antes de los neandertales, incluso antes de los primeros homínidos, nuestros antepasados primates ya recurrían al contacto bucal como forma de vínculo, evaluación o afecto.
Esta investigación reubica al beso no como un invento moderno, sino como un puente biológico que conecta a los humanos con millones de años de historia evolutiva.


Referencias

Scientific American – Evolución del beso en primates
University of Oxford – Análisis filogenético del comportamiento del beso
LiveScience – Modelos evolutivos del contacto boca a boca
El País – Interpretación antropológica de los resultados
The Guardian – Neandertales y humanos compartiendo conductas afectivas

Explora el universo de Abejorro Media: noticias, tecnología, espectáculos y mucho más. Mantente conectado con los contenidos que informan, entretienen e inspiran. Haz clic aquí para seguir nuestra programación,
y visita nuestra página de Abejorro Media para descubrir todas las secciones:
🗞️ Noticias | 🎭 Humor político | 🌟 Espectáculos | ⚽ Deportes | 💰 Finanzas | 💻 Tecnología

COMPARTE: