El huracán Melissa, catalogado como tormenta de categoría 5, azotó la isla de Jamaica a finales de octubre de 2025, dejando un saldo de al menos 28 personas muertas, decenas de desaparecidos y daños materiales de enorme magnitud. Las autoridades locales describieron el fenómeno como “la tormenta más devastadora en la historia reciente del país”, tras su paso por las parroquias occidentales de Westmoreland, Hanover y Saint Elizabeth, donde comunidades enteras quedaron reducidas a escombros.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que Melissa alcanzó vientos sostenidos de más de 250 kilómetros por hora al tocar tierra, provocando marejadas de hasta cinco metros y lluvias torrenciales que ocasionaron deslizamientos de tierra, inundaciones y cortes masivos de energía eléctrica. La tormenta, que se había formado días antes en el Caribe oriental, se intensificó rápidamente debido a las altas temperaturas del océano, un fenómeno que los científicos atribuyen al calentamiento global.
Destrucción generalizada y crisis humanitaria
El impacto del huracán Melissa ha sido descrito como catastrófico. Las zonas más afectadas fueron los municipios costeros de Black River y Savanna-la-Mar, donde el 90 % de las viviendas resultaron dañadas o completamente destruidas. Calles enteras quedaron anegadas, mientras los fuertes vientos arrancaron techos, árboles y postes de electricidad.
Miles de personas se refugiaron en albergues temporales habilitados por el gobierno, aunque muchos de estos centros se vieron rápidamente rebasados por la magnitud de la emergencia. Las autoridades reportaron que más de 530 mil personas se quedaron sin suministro eléctrico y que buena parte de la infraestructura vial quedó inservible, lo que complicó las labores de rescate y distribución de ayuda humanitaria.
El gobierno jamaicano declaró el estado de desastre nacional e hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para recibir apoyo logístico, alimentos, agua y medicinas. Las lluvias continuas y los ríos desbordados provocaron la destrucción de puentes y carreteras clave, dejando incomunicadas a decenas de localidades rurales.
Respuesta de emergencia y apoyo internacional
El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, calificó la situación como “una tragedia nacional sin precedentes” y aseguró que las fuerzas de defensa, bomberos y voluntarios están trabajando sin descanso para rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros. En un mensaje televisado, anunció que su gobierno ha iniciado gestiones con agencias internacionales como la ONU, la Cruz Roja y el Banco Mundial para recibir asistencia técnica y económica.
La Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias del Caribe (CDEMA) envió equipos de rescate y suministros a las zonas más afectadas. Además, varios países de la región, entre ellos México, Estados Unidos y República Dominicana, ofrecieron ayuda humanitaria inmediata. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó que enviará paquetes de alimentos y sistemas portátiles de purificación de agua para atender a las comunidades más vulnerables.
El aeropuerto internacional de Montego Bay permaneció cerrado durante tres días, y decenas de vuelos fueron cancelados. La actividad turística, uno de los principales motores económicos del país, quedó paralizada por completo. Hoteles y complejos turísticos sufrieron daños severos, especialmente en la franja costera de Negril, zona que atrae a miles de visitantes cada año.
Pérdidas económicas y daños ambientales
El Ministerio de Finanzas de Jamaica estimó que los daños provocados por Melissa podrían superar los 2,500 millones de dólares, cifra equivalente a casi una quinta parte del PIB nacional. El sector agrícola fue uno de los más golpeados: plantaciones de caña, plátano, café y otros cultivos de exportación fueron devastadas por las lluvias e inundaciones.
En materia ambiental, los expertos advirtieron sobre un impacto profundo en los ecosistemas costeros. Los arrecifes de coral, manglares y playas sufrieron erosión y contaminación por los escombros arrastrados desde tierra firme. Los especialistas en cambio climático señalan que el huracán Melissa es un nuevo ejemplo de cómo los fenómenos meteorológicos extremos se están intensificando en el Caribe a causa del calentamiento de los océanos y la inestabilidad atmosférica.
El director del Instituto Meteorológico de Jamaica explicó que la temperatura promedio del mar Caribe en octubre superó los 29 grados centígrados, lo que proporcionó las condiciones ideales para que la tormenta pasara rápidamente de categoría 2 a categoría 5 en menos de 36 horas. Esta rápida intensificación es un patrón cada vez más frecuente en los últimos años.
Testimonios de los sobrevivientes
En las zonas más afectadas, los sobrevivientes relataron escenas de terror. Algunos afirmaron que el viento era tan fuerte que arrancaba las puertas y lanzaba autos por los aires. “Pensé que íbamos a morir. El techo salió volando y solo nos quedó abrazarnos y rezar”, contó una habitante de Saint Elizabeth a un medio local.
Otros describieron cómo, tras el paso del huracán, la comunidad quedó irreconocible. “Todo desapareció: las casas, los árboles, las calles. Es como si el mar se hubiera tragado el pueblo”, relató un pescador de la costa sur.
Las imágenes difundidas en redes sociales muestran un panorama desolador: viviendas reducidas a escombros, barcos encallados en tierra firme y una población intentando recuperar lo poco que quedó. Equipos de voluntarios han comenzado a distribuir alimentos y ropa, mientras el gobierno trabaja para restablecer la electricidad y los servicios básicos.
Conclusiones
El paso del huracán Melissa por Jamaica deja una de las peores catástrofes naturales en la historia del Caribe. La magnitud de la destrucción y la pérdida de vidas humanas evidencian la vulnerabilidad de las islas ante el cambio climático y la necesidad urgente de fortalecer la infraestructura de prevención y respuesta ante desastres.
A medida que el país avanza hacia la reconstrucción, el desafío no solo será recuperar lo perdido, sino también adoptar políticas sostenibles que reduzcan los riesgos futuros. La tragedia de Melissa es un recordatorio contundente de que el calentamiento global no es una amenaza lejana, sino una realidad que ya está cobrando vidas y destruyendo comunidades enteras.
Referencias
- AP News: “Despair spreads across historic seaport in Jamaica that Hurricane Melissa demolished.”
- The Guardian: “‘Storm of the century’: record-breaking Hurricane Melissa hits Jamaica and heads for Cuba.”
- Fox Weather: “Hurricane Melissa devastates Jamaica; thousands displaced as island declares national disaster.”
- BBC Caribbean: “Jamaica faces humanitarian crisis after Hurricane Melissa; infrastructure in ruins.”
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