James Cameron se une al club de los multimillonarios de Hollywood (y no llegó en submarino) La industria cinematográfica tiene un nuevo integrante en su exclusivo “club de los diez dígitos”: James Cameron, quien, según estimaciones de Forbes, ha alcanzado un patrimonio neto de USD 1,100 millones. Y todo gracias a que sus películas no solo rompen récords, sino que parecen tener un imán para los dólares. El dato cobró relevancia tras la reciente exclusión de Avatar: El sentido del agua en las principales categorías de los Globos de Oro (aunque, para ser justos, la película ni siquiera había estrenado). En lugar de eso, la premiaron en la categoría de “Logro Cinematográfico y de Taquilla”, que básicamente es como decir: “Sí, sabemos que esto va a arrasar en la taquilla, así que mejor le damos un premio por adelantado”. Según pronósticos, la cinta podría superar los USD 2,000 millones, lo que confirmaría que, en el mundo del cine, Cameron sigue siendo el rey Midas. De camionero a multimillonario (sin atajos) La historia de Cameron no es la típica de “nació con un cheque en la mano”. De hecho, antes de revolucionar Hollywood, trabajó como camionero y luego como asistente de producción, ganando USD 175 a la semana. Su debut como director fue un fiasco: Piraña II: Los desovadores (1981) lo despidieron a las dos semanas y solo le pagaron la mitad de lo acordado. Pero, como en las mejores historias de superación, el destino le tenía guardado un giro argumental: Terminator (1984). Para dirigirla, vendió el guion por solo USD 1 (sí, un dólar), pero la película recaudó USD 78 millones con un presupuesto de USD 6.4 millones, lanzó a Arnold Schwarzenegger al estrellato y dio inicio a una franquicia que hoy suma más de USD 2,000 millones. Desde entonces, Cameron ha sido sinónimo de “grandes riesgos, mayores ganancias”. Titanic: El barco que no se hundió (económicamente) Hablando de riesgos, pocos proyectos han generado más sudores fríos que Titanic (1997). Con un presupuesto que superó los USD 200 millones (y un estudio al borde del infarto), Cameron llegó a ofrecer devolver su salario si la película fracasaba. Spoiler: no fue necesario. La cinta no solo recaudó USD 1,800 millones en su lanzamiento, sino que vendió 58 millones de copias en VHS (sí, ese artefacto rectangular que los millennials guardan como reliquia). Según Forbes, Fox le dio el 10% de las ganancias, lo que se tradujo en unos USD 150 millones antes de impuestos. No está mal para una película que muchos creían que sería un iceberg financiero. Avatar: Cuando el éxito se mide en planetas Si alguien duda de la magia de Cameron, que revise los números de Avatar (2009): casi USD 3,000 millones en taquilla mundial. Y por si fuera poco, la secuela, El camino del agua (2022), sumó USD 2,300 millones, con Cameron embolsándose alrededor de USD 250 millones gracias a un contrato que le da el 20% del primer dólar bruto. Ahora, con Avatar: Fuego y Ceniza en camino, Forbes proyecta que el director podría sumar al menos USD 200 millones más a su fortuna. Y aunque él mismo bromeó en una entrevista diciendo “Ojalá fuera multimillonario”, los números no mienten: ya lo es. Así que, mientras Hollywood sigue buscando su próximo “Cameron”, él sigue demostrando que, en el cine, el que arriesga… gana (y mucho).
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