La plata registró su mayor caída en seis meses, al bajar 6% a 50.96 dólares la onza en Nueva York, arrastrando también al oro, que cayó 3%, y al platino y paladio, que se desplomaron.
El descenso ocurrió tras disminuir las preocupaciones sobre la calidad crediticia en Estados Unidos y las tensiones comerciales con China, reduciendo la demanda de metales preciosos como activos refugio.
Además, la escasez de plata en Londres comenzó a aliviarse, lo que generó toma de ganancias de inversionistas.
Según analistas, el repunte en los rendimientos de los bonos del Tesoro y una mayor estabilidad en el sistema bancario regional estadounidense también contribuyeron a la presión bajista sobre los precios.