El 8 de marzo de 2025, la Ciudad de México fue escenario de una de las manifestaciones más multitudinarias en la historia del Día Internacional de la Mujer. Más de 200,000 mujeres tomaron las calles del centro de la capital para exigir justicia por las víctimas de feminicidio y violencia de género, en una marcha que destacó por su organización y la diversidad de participantes.
Desarrollo de la marcha y demandas principales
La movilización inició en distintos puntos de la ciudad, convergiendo en el Zócalo capitalino. Las manifestantes portaban pancartas con consignas como “Ni una menos” y “Justicia para las víctimas”, mientras coreaban cánticos que exigían el fin de la violencia machista y la implementación de políticas públicas efectivas para proteger a las mujeres.
Colectivos feministas y organizaciones de derechos humanos denunciaron la falta de avances en la reducción de los feminicidios y la impunidad en casos de violencia de género. En particular, señalaron que, pese a las cifras alarmantes, las fiscalías especializadas siguen sin contar con el personal y los recursos suficientes para atender los casos.
El papel del gobierno y la postura de Sheinbaum
Mientras la marcha transcurría, la presidenta Claudia Sheinbaum organizó un evento en Palacio Nacional donde destacó los avances de su gobierno en materia de igualdad de género. Durante su discurso, mencionó la creación de refugios para víctimas de violencia, programas de apoyo a madres trabajadoras y reformas legislativas enfocadas en la paridad de género.
Sin embargo, evitó pronunciarse sobre las demandas específicas de la marcha, como la falta de justicia para las víctimas de feminicidio y la inacción de las autoridades frente a agresores denunciados. Esta omisión generó críticas por parte de activistas, quienes esperaban un posicionamiento más contundente respecto a la violencia de género en el país.
Reacciones y confrontaciones políticas
Diferentes actores políticos reaccionaron ante la movilización. Desde la oposición, se cuestionó la falta de estrategias efectivas para combatir la violencia contra las mujeres y se pidió mayor transparencia en las políticas implementadas. Algunos sectores del oficialismo, en cambio, defendieron la postura de Sheinbaum, argumentando que su administración ha impulsado más iniciativas en favor de las mujeres que gobiernos anteriores.
Las redes sociales se llenaron de mensajes tanto de apoyo como de crítica hacia la presidenta. Mientras algunos destacaban los avances en la agenda de género, otros subrayaban que las acciones aún son insuficientes ante la crisis de feminicidios y desapariciones que enfrenta el país.
Conclusión
El 8M de 2025 reafirmó la fuerza del movimiento feminista en México, evidenciando las profundas problemáticas que aún persisten en torno a la violencia de género. Aunque el gobierno de Sheinbaum ha promovido algunas políticas en favor de la igualdad, la falta de respuestas concretas ante las exigencias de las manifestantes generó descontento entre los colectivos feministas.
La movilización dejó claro que la lucha por los derechos de las mujeres sigue siendo una prioridad en la agenda pública y que la exigencia de justicia no se detendrá hasta que haya un cambio real en las estructuras de poder y en la respuesta institucional frente a la violencia machista.
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