Rechazo institucional en la Comisión Permanente
Durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, legisladores de oposición buscaron nuevamente abrir un debate sobre los presuntos vínculos del senador Adán Augusto López con el crimen organizado, a través de su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena. Esta fue la tercera ocasión en que se intentó abordar el tema en la agenda legislativa, y la tercera vez que Morena y sus aliados impidieron la discusión.
El argumento del oficialismo fue que el asunto no estaba contemplado en el orden del día, por lo que cualquier intento por modificarlo debía ser rechazado. La senadora Imelda Castro insistió en la necesidad de ceñirse a lo ya aprobado, mientras que la oposición reclamó que se trataba de una maniobra deliberada para silenciar un tema de interés nacional.
El caso ha generado tensiones crecientes al interior del Congreso, en tanto que los legisladores opositores sostienen que la negativa a debatir es una estrategia de encubrimiento, mientras que el oficialismo argumenta que no existen procesos legales abiertos contra López y que se trata de una ofensiva mediática sin sustento jurídico.
Hernán Bermúdez y el escándalo que sacude a Tabasco
Hernán Bermúdez, exfuncionario de seguridad en el gobierno de Tabasco durante la gestión de Adán Augusto López, ha sido señalado como presunto líder del grupo delictivo La Barredora, una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación. Bermúdez se encuentra actualmente prófugo, con una ficha de búsqueda activa por parte de la Interpol.
Los señalamientos han escalado debido a la sospecha de que el entonces gobernador López habría estado al tanto de las investigaciones que involucraban a su secretario. Esta suposición ha alimentado los reclamos de transparencia por parte de la oposición, que exige conocer si hubo omisiones deliberadas en su nombramiento y permanencia en el cargo.
En este contexto, la figura de López, hoy senador, ha sido objeto de creciente escrutinio, sobre todo después de que se difundieran testimonios y documentos que apuntan a una presunta relación de tolerancia con estructuras criminales en Tabasco.
La oposición señala narcopolítica y encubrimiento
Los partidos PAN, PRI y Movimiento Ciudadano han acusado a Morena de proteger a sus líderes y utilizar su mayoría parlamentaria para bloquear cualquier discusión incómoda. Para los legisladores opositores, el caso de Hernán Bermúdez representa una expresión clara de narcopolítica y encubrimiento institucional.
Federico Döring, diputado panista, señaló que Morena ha instaurado una “muralla de silencio” en torno a sus figuras, mientras que Clemente Castañeda, coordinador de MC, advirtió sobre el riesgo de normalizar la infiltración del crimen organizado en los gobiernos estatales.
Los intentos de llevar el tema al pleno de la Comisión Permanente han sido constantemente obstaculizados mediante recursos reglamentarios, como la negación de mociones de urgente y obvia resolución, o la votación en bloque para impedir su discusión.
Postura oficialista y la respuesta de Sheinbaum
Desde la dirigencia de Morena se ha insistido en que no existen elementos jurídicos para abrir una investigación contra Adán Augusto López. La narrativa del partido ha girado en torno a que se trata de una estrategia de la oposición para debilitar políticamente a una de sus figuras más visibles.
No obstante, la presidenta Claudia Sheinbaum se ha deslindado parcialmente del asunto. Si bien en un inicio mostró respaldo a López, en días recientes pidió públicamente que el senador aclare los señalamientos. Aunque matizó que no se trata de una obligación, sostuvo que ningún funcionario debe estar por encima del escrutinio público.
Esta postura fue interpretada como un intento de contención política, en medio de una creciente presión mediática y social. La declaración de Sheinbaum también buscó desmarcar a su gobierno de cualquier señal de encubrimiento, en una etapa en la que Morena enfrenta cuestionamientos por su coherencia con los valores de transparencia y rendición de cuentas que ha defendido.
Un Congreso fracturado y en crisis de legitimidad
Las sesiones más recientes en el Congreso han estado marcadas por tensos enfrentamientos. La negativa sistemática a debatir el caso ha derivado en acusaciones de autoritarismo parlamentario. El ambiente legislativo se ha crispado con gritos, señalamientos cruzados y el uso reiterado de mayorías mecánicas para evitar la inclusión del tema en la agenda.
El caso Bermúdez ha reactivado el debate sobre el alcance del crimen organizado en las estructuras del poder público. Para la oposición, lo ocurrido en Tabasco es solo una muestra de un fenómeno más amplio que afecta a varias entidades gobernadas por Morena, donde —según sus dichos— se ha normalizado la protección de figuras con vínculos criminales.
Desde sectores académicos y de la sociedad civil también se ha advertido sobre el impacto que este tipo de bloqueos tiene sobre la percepción ciudadana del Congreso, al considerarse que los mecanismos institucionales son utilizados para blindar a figuras políticas en lugar de investigar hechos graves.
Conclusión
La negativa de Morena a debatir en el Congreso los presuntos vínculos de Adán Augusto López con el crimen organizado refleja una estrategia clara de control legislativo que contrasta con el discurso oficial de combate a la corrupción. Aunque no existen acusaciones penales formales, la dimensión política del caso exige mayor apertura, transparencia y responsabilidad institucional.
En tanto se mantenga la cerrazón legislativa, el caso seguirá creciendo en el terreno mediático y social, afectando la credibilidad del partido en el poder y proyectando una imagen de opacidad en un momento donde el país exige resultados y congruencia en el combate a la impunidad.
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