Panamá ha deportado a 29 ciudadanos colombianos, entre los que se incluyen presuntos miembros del Clan del Golfo, como parte de un acuerdo migratorio reciente con Estados Unidos para frenar la migración irregular a través de la región del Darién. Este vuelo de deportación, financiado por el gobierno de EE.UU., es el primero de varios que se esperan como parte de esta colaboración internacional.

El Clan del Golfo, una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia, ha sido un objetivo principal de las autoridades panameñas, quienes han intensificado sus esfuerzos para desmantelar sus operaciones en el país. La deportación de estos individuos subraya el compromiso de Panamá de abordar tanto la crisis migratoria como la amenaza que representa el crimen organizado en la región.

Este acuerdo y las deportaciones reflejan una estrategia más amplia para gestionar el flujo migratorio y mejorar la seguridad en la región, en medio de crecientes tensiones y desafíos humanitarios en la zona del Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo.

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