Contexto general
En medio de las recientes redadas migratorias en Estados Unidos, la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristi Noem, acusó a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de alentar protestas violentas en Los Ángeles. Estas manifestaciones se originaron tras operativos del ICE contra migrantes. La acusación impactó las relaciones bilaterales a pocos días de la cumbre del G7.
Aclaración de Sheinbaum
Durante la conferencia matutina del 11 de junio, Sheinbaum negó rotundamente haber incitado violencia o protestas en EE.UU. Afirmó que su llamado a “movilización” se refería exclusivamente a acciones pacíficas, como enviar cartas, impulsar debates en el Senado mexicano y manifestarse diplomáticamente contra el impuesto propuesto sobre remesas.
Destacó: “Nunca hemos llamado a una movilización violenta, jamás en toda nuestra vida”, y calificó como “falsas y antipatriotas” las acusaciones difundidas por la oposición y agentes extranjeros.
Reunión con diplomáticos de EE.UU.
Posteriormente, Sheinbaum recibió al subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, en Palacio Nacional. Durante el encuentro se trataron temas sobre migración, defensa de connacionales y coordinación bilateral. En su declaración tras la reunión, subrayó la importancia de mantener relaciones entre vecinos con “cabeza fría”, firmes pero respetuosas.
Dimensión política y diplomática
La presidenta aprovechó el encuentro para enfatizar varios puntos críticos:
- Demandó una reforma migratoria integral en EE.UU., resaltando que los migrantes mexicanos son “trabajadores honestos” que contribuyen a ambas economías.
- Manifestó su oposición a las redadas como método de control migratorio y aclaró que su gobierno brindó apoyo consular a 61 mexicanos arrestados.
- En el Congreso estadounidense se discute la imposición de un impuesto del 3.5 % sobre remesas —la movilización pacífica de Sheinbaum fue justamente contra esa medida.
Escenario rumbo al G7
La cumbre del G7, programada del 15 al 17 de junio en Alberta, Canadá, constituye el próximo hito diplomático. Ahí Sheinbaum se reunirá con el presidente Joe Biden y líderes europeos, buscando exponer el papel de México como socio estratégico en Norteamérica. La presidenta intentará fortalecer el mensaje de que el debate migratorio no debe politizarse, sino abordarse con corresponsabilidad entre países.
Críticas internas
Desde la oposición mexicana, PAN, PRI y PRD acusan a Sheinbaum de estar usando el tema migratorio como distractor frente a los problemas de gobernabilidad interna, especialmente en medio de las tensiones por el impuesto a las remesas y la creciente violencia en estados fronterizos. También la responsabilizan de radicalizar el discurso internacional, generando fricciones innecesarias con Washington.
Algunos analistas consideran que la mandataria está aplicando una estrategia de “doble carril”, donde por un lado confronta mediáticamente las políticas migratorias estadounidenses, y por el otro mantiene los canales diplomáticos abiertos con la administración Biden.
Conclusión
Claudia Sheinbaum ha buscado desactivar las acusaciones de promover disturbios en Estados Unidos, posicionándose como defensora de los migrantes pero también como jefa de Estado pragmática. El equilibrio entre firmeza y diálogo será clave en la cumbre del G7, mientras la relación bilateral atraviesa uno de sus momentos más sensibles en materia migratoria.
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