El 9 de febrero de 2025, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, encabezó la ceremonia del 112 aniversario de la Marcha de la Lealtad en el Castillo de Chapultepec, Ciudad de México. Este evento conmemora el respaldo que los cadetes del Heroico Colegio Militar brindaron al presidente Francisco I. Madero en 1913, en medio de la Decena Trágica, reforzando el simbolismo de la lealtad de las Fuerzas Armadas al gobierno legítimamente constituido.
Uno de los momentos más llamativos del evento fue la reaparición del general Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Cienfuegos había mantenido un perfil discreto desde su detención en Los Ángeles en 2020, donde fue acusado de vínculos con el narcotráfico. Tras una gestión diplomática del gobierno mexicano, fue repatriado y posteriormente exonerado por la Fiscalía General de la República, que determinó que no había pruebas suficientes en su contra.
La presencia del general Cienfuegos en el presídium, junto a la presidenta Sheinbaum y altos mandos militares, generó diversas reacciones. Al finalizar la ceremonia, varios miembros del Ejército se acercaron a él para saludarlo, evidenciando el respeto que aún mantiene dentro de las filas castrenses. Su asistencia también fue interpretada por algunos sectores como un mensaje de respaldo institucional hacia las Fuerzas Armadas.
Durante su discurso, la presidenta Sheinbaum agradeció el apoyo del Ejército y la Marina en labores de seguridad, protección civil y reconstrucción tras desastres naturales. Reiteró su compromiso con una relación de respeto y colaboración con las Fuerzas Armadas, enfatizando que la lealtad y disciplina de estas instituciones son pilares fundamentales para la estabilidad del país.
Por su parte, el general Ricardo Trevilla Trejo, actual secretario de la Defensa Nacional, destacó que la lealtad militar no es solo un concepto histórico, sino un principio rector en la actuación del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana. En su intervención, subrayó la importancia de mantener la confianza de la ciudadanía en las instituciones militares y reafirmó su compromiso con la defensa de la soberanía nacional.
Este acto se ha consolidado como uno de los eventos más importantes para las Fuerzas Armadas, no solo por su carga simbólica, sino también por la oportunidad que brinda a la administración federal de reafirmar su relación con el Ejército. La ceremonia de este año refuerza la narrativa del actual gobierno sobre la importancia del papel de las Fuerzas Armadas en la vida pública y su rol en la estabilidad del país.
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