Un cerdo le dio su corazón y aún así no fue suficiente.
Lawrence Faucette, de 58 años, en un intento por no “tirar la toalla”, recibió un corazón de cerdo modificado genéticamente. Lamentablemente, tras seis semanas del trasplante, su cuerpo dijo “no gracias”. Lawrence padecía insuficiencia cardiaca y, al no ser candidato para un trasplante de corazón tradicional, optó por este innovador procedimiento el 20 de septiembre. Y mientras que su corazón de cerdo no le duró, su sentido del humor sí, hasta sus últimas palabras: “Eso es tó, eso es tó, eso es to-do, amigos.”
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