Xóchitl Gálvez, con el drama digno de una telenovela, proclama que no necesita el apoyo del gobierno. Pero tranquilos, porque a pesar de su bravuconería, agradeció las medidas de seguridad. Es casi como ver a un gato gruñón llevando un cascabel, ¡se queja pero lo disfruta! Además, hace saber que los chalecos antibalas ya no arruinarán su look debajo del huipil. ¡Vaya alivio!
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