Sexta llamada del año con poco avance
El 3 de julio de 2025, Vladimir Putin y Donald Trump sostuvieron su sexta conversación telefónica oficial en lo que va del año. El intercambio, que duró casi una hora, se centró en la guerra en Ucrania, las tensiones en Medio Oriente, y la reciente pausa de Estados Unidos en el envío de armas pesadas a Kiev. A pesar del diálogo, no se registró ningún avance significativo hacia un alto el fuego o un acuerdo de paz.
En un comunicado del Kremlin, y confirmado por el asesor Yuri Ushakov, Rusia mantuvo que “no renunciará” a sus objetivos en Ucrania, insistiendo en que está comprometida a eliminar las “causas profundas” que, según Moscú, originaron el conflicto. Al mismo tiempo, Putin expresó disposición a continuar las negociaciones, aunque sin abandonar sus posiciones fundamentales.
Trump volvió a presionar por un cese inmediato de hostilidades, aunque reconoció públicamente que la llamada no logró avances concretos. Al mismo tiempo justificó la pausa en el envío de misiles Patriot y artillería avanzada debido a la necesidad de proteger las propias reservas militares de Estados Unidos.
Diplomacia, guerra y presiones políticas
El tema de Ucrania dominó el intercambio. Putin subrayó que cualquier intento de resolución debía abordar cuestiones sensibles como la expansión de la OTAN y el futuro de territorios ocupados —incluida Crimea y regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia—, condiciones que Kiev y sus aliados occidentales consideran inaceptables. A pesar de ello, el Kremlin afirmó que Rusia está dispuesta a seguir negociando, siempre dentro de un marco de condiciones políticas estrictas.
Por su parte, Trump aprovechó el diálogo para felicitar a Putin por el avance de su paquete fiscal en el Senado estadounidense y sugirió que se requiere un enfoque dual: apoyo militar condicionado a un proceso diplomático más activo.
Temas de Medio Oriente también surgieron rápidamente: Putin aseguró que Rusia busca resolver los conflictos palestinos e iraníes exclusivamente por vías diplomáticas.
Reacciones ucranianas y europeas
Desde Kiev, Volodímir Zelenski expresó preocupación por la indecisión de Estados Unidos y la suspensión del envío de armamento clave, en especial los misiles Patriot. Hizo un llamado a Washington para que clarifique su estrategia formativa y reafirmen su respaldo al ejército ucraniano, recordando que necesita dichos suministros para contener los ataques en curso. El presidente indicó su intención de hablar pronto con Trump para obtener certezas sobre los planes estadounidenses.
En Europa, el llamado a un alto el fuego fue respaldado por líderes como Emmanuel Macron, quienes habían mantenido contacto directo con Putin. Sin embargo, coinciden en que cualquier cese de hostilidades solo será viable si Kiev está involucrado en las negociaciones y se respetan los límites territoriales internacionales.
Conclusión
Esta reciente llamada telefónica refuerza la percepción de que, aunque persiste un canal de comunicación entre las grandes potencias, la guerra en Ucrania continúa siendo una prioridad estratégica sin voluntad de concesiones reales. Putin mantiene su visión expansionista y demanda garantías políticas, mientras Trump insiste en cese de fuego y en preservar la capacidad militar de EE.UU.
El resultado es una diplomacia cautelosa, sin un cambio sustancial en el terreno. Con las tensiones en aumento y amenazas persistentes, el futuro del conflicto dependerá cada vez más del equilibrio entre la presión militar y la voluntad política de ambas partes.
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