Contexto y antecedentes
En los últimos días, el sector aeronáutico mexicano se ha visto envuelto en una crisis de alto impacto tras la decisión del Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT) de cancelar 13 rutas operadas por aerolíneas mexicanas desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hacia EE.UU., como respuesta al presunto incumplimiento por parte de México del Acuerdo Bilateral de Transporte Aéreo de 2015.
México, por su parte, argumenta que el traslado de la carga aérea del AICM al AIFA fue una medida estratégica para descongestionar el aeropuerto capitalino y mejorar la seguridad de la aviación civil.
El AIFA, inaugurado en marzo de 2022, se presentó como pieza clave del sistema aeroportuario metropolitano para descongestionar al AICM y servir como hub principal de la zona conurbada del Valle de México. Sin embargo, a más de tres años de su apertura, su operación de pasajeros está muy por debajo de las expectativas: en 2024 movió apenas 6.3 millones de personas frente a una capacidad proyectada de 20 millones.
Detalles de la decisión del gobierno de EE.UU.
La orden del DOT prohíbe la apertura de nuevas rutas por parte de aerolíneas mexicanas desde el AICM y el AIFA hacia Estados Unidos, y además cancela 13 rutas ya autorizadas hacia destinos como Houston, Austin, Denver, Chicago, Los Ángeles y Miami.
La motivación oficial del DOT es que México habría impuesto restricciones ilegales a las aerolíneas estadounidenses y alterado las condiciones del trato bilateral al desviar o limitar slots en el AICM, así como obligar vuelos de carga al AIFA.
Por ejemplo, la aerolínea Volaris señaló que estaba analizando opciones ante la no aprobación de una nueva ruta desde el AICM a Newark y habló de los efectos en sus usuarios, mientras que otras compañías revisan su estrategia ante la medida.
Implicaciones para las aerolíneas mexicanas
Las compañías mexicanas se enfrentan a un escenario complejo. Deben revisar rutas planificadas o ya operativas que se verán canceladas o suspendidas, con impacto directo en ingresos, logística y reputación. Además, tendrán que dialogar con el gobierno mexicano para obtener claridad sobre la estrategia de defensa y el futuro de las rutas internacionales.
Este veto podría obligarlas a reasignar recursos —como aviones, tripulación y slots— hacia rutas nacionales o latinoamericanas mientras se resuelve el conflicto. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) busca mantener el diálogo con Washington, pero reconoce que la restricción afecta gravemente la conectividad aérea de México.
Impacto para el sistema aeroportuario y para México
Para el sistema aeroportuario mexicano, la situación abre varios frentes. El AIFA pierde parte de su impulso internacional, ya que el veto limita su consolidación como hub y como alternativa viable al AICM. El AICM, aunque sigue recibiendo altos números de pasajeros —más de 45 millones al cierre de 2024— enfrenta una presión renovada y el riesgo de volver a saturarse.
En términos de relaciones internacionales, la acción de EE.UU. suma tensión diplomática entre ambos países. La presidenta Claudia Sheinbaum calificó la decisión como “irresponsable” y solicitó abrir canales de diálogo para restablecer las rutas.
Para los viajeros, el efecto inmediato es la reducción de frecuencias hacia Estados Unidos y el posible incremento en tarifas, especialmente en rutas de alta demanda. En cuanto al sector de carga, la medida también impacta la logística y los costos de exportación, dado que parte del traslado de operaciones al AIFA buscaba precisamente modernizar esa red.
Posibles escenarios y estrategias de salida
Frente a este desafío, los analistas prevén varios escenarios. México y Estados Unidos podrían negociar una revisión del acuerdo bilateral o llegar a entendimientos técnicos para normalizar las rutas canceladas. Las aerolíneas mexicanas, mientras tanto, podrían redirigir inversiones hacia mercados latinoamericanos y nacionales para compensar la pérdida temporal de conectividad con el país vecino.
Otra estrategia sería fortalecer el AIFA como centro de operaciones de carga, consolidando su rol logístico ante la falta de impulso en el transporte de pasajeros. A nivel diplomático, la Secretaría de Relaciones Exteriores buscaría abrir un nuevo canal de diálogo bilateral con el Departamento de Transporte estadounidense.
Conclusión
La decisión de Estados Unidos de vetar nuevas rutas aéreas mexicanas hacia su territorio marca un punto de inflexión para la aviación nacional. Si bien las aerolíneas consideraban operar tanto en el AICM como en el AIFA para potenciar su conectividad, el veto complica seriamente ese plan y las obliga a replantear estrategias operativas y financieras. Este episodio revela la necesidad de una política aérea más coherente, una infraestructura moderna y una coordinación diplomática sólida que garantice la estabilidad de uno de los sectores más estratégicos para la economía mexicana.
Referencias
- El País: “Las aerolíneas mexicanas repudian la cancelación de 13 rutas a EE.UU.; la decisión afectará a miles de pasajeros en plena temporada vacacional.”
- México Ladevi: “El DOT vetó 13 rutas operadas por aerolíneas mexicanas desde el AICM y el AIFA.”
- El Financiero: “Volaris analiza alternativas tras la cancelación de rutas por parte del DOT.”
- Regeneración: “México exige respeto ante la amenaza de EE.UU. a vuelos y defiende el traslado de carga al AIFA.”
- El País: “A tres años de su apertura, el AIFA opera por debajo de capacidad y enfrenta un futuro incierto tras el veto de EE.UU.”
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