Alto al fuego en Gaza; Egipto anuncia cumbre de paz

Una tregua frágil pero histórica

La Franja de Gaza vivió su primera noche de relativa calma tras meses de enfrentamientos ininterrumpidos entre Israel y Hamás. El alto al fuego, mediado por Egipto, Catar y Estados Unidos, fue anunciado oficialmente al anochecer del sábado y marca un punto de inflexión en un conflicto que ha dejado más de 38 mil muertos y una crisis humanitaria sin precedentes en el enclave palestino.

Aunque las calles de Gaza permanecen en ruinas y miles de familias continúan desplazadas, la población recibió el anuncio con una mezcla de alivio y escepticismo. En varios barrios destruidos, se reportaron escenas de gente saliendo de refugios y hospitales para buscar alimentos o reencontrarse con familiares, mientras las organizaciones humanitarias comenzaron a movilizar convoyes con víveres y medicinas.

La tregua, pactada tras una intensa ronda de negociaciones, entra en vigor por tiempo indefinido, pero su sostenibilidad dependerá de la cooperación de las partes y del avance de los acuerdos políticos que le den sustento.

El papel de Egipto y el impulso diplomático

Egipto, que ha fungido como mediador histórico entre Israel y los grupos palestinos, fue el país encargado de anunciar la tregua y convocar a una Cumbre Internacional por la Paz en Sharm el-Sheij.
El encuentro, previsto para esta semana, reunirá a líderes y representantes de más de veinte países, incluidos Estados Unidos, Francia, Arabia Saudita, Turquía y Rusia.
El expresidente estadounidense Donald Trump, quien regresó a la escena diplomática tras su reciente reelección, confirmó su asistencia, mientras que Israel ha declinado participar oficialmente, argumentando que “no existen condiciones para un diálogo político directo con Hamás”.

Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio indicaron que la cumbre buscará establecer un mecanismo internacional de garantías de seguridad y reconstrucción, además de diseñar una hoja de ruta hacia un eventual proceso de paz duradero en la región.

El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, destacó que el alto al fuego “no es el final del conflicto, sino el inicio de una nueva fase en la búsqueda de estabilidad”. También llamó a la comunidad internacional a “asumir la responsabilidad compartida de reconstruir Gaza y evitar que la violencia vuelva a encenderse”.

Reacciones internacionales

La tregua fue recibida con cautela y esperanza por la comunidad internacional.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, celebró la mediación egipcia y subrayó que el alto al fuego debe ir acompañado de un acceso humanitario inmediato y de una investigación independiente sobre las violaciones al derecho internacional durante los combates.

Desde Washington, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que el presidente estadounidense respaldó la iniciativa y anunció el envío de ayuda humanitaria y fondos para la reconstrucción.
La Unión Europea, por su parte, instó a ambas partes a respetar la tregua y reactivar el diálogo diplomático para una solución de dos Estados “basada en el respeto mutuo y la autodeterminación del pueblo palestino”.

En contraste, sectores del gobierno israelí y de la derecha política consideraron la tregua como “una concesión innecesaria” que podría fortalecer a Hamás.
El gabinete de seguridad de Israel reiteró que mantendrá la vigilancia militar en sus fronteras y responderá “con fuerza” ante cualquier violación del acuerdo.

Situación humanitaria en Gaza

La guerra ha dejado un panorama desolador.
Según cifras de la ONU, más del 70 % de las viviendas en Gaza han sido dañadas o destruidas. La infraestructura básica —hospitales, escuelas, plantas eléctricas y sistemas de agua— se encuentra colapsada.
Cerca de 1.5 millones de personas están desplazadas internamente y dependen de ayuda internacional para sobrevivir.

Con la entrada en vigor del alto al fuego, los primeros convoyes de la Media Luna Roja y del Programa Mundial de Alimentos comenzaron a ingresar desde el paso fronterizo de Rafah, llevando medicinas, agua y alimentos.
Sin embargo, el acceso sigue siendo limitado y muchas zonas permanecen incomunicadas por la destrucción de carreteras y puentes.

Organismos humanitarios han advertido que el cese de hostilidades no basta para aliviar la crisis. Se necesitan garantías de seguridad sostenidas, corredores humanitarios permanentes y un compromiso internacional con la reconstrucción de largo plazo.

Hamás e Israel: tensiones latentes

Aunque Hamás ha celebrado la tregua como una “victoria de la resistencia”, expertos señalan que el movimiento islamista enfrenta una profunda crisis interna tras meses de ofensiva israelí y la pérdida de buena parte de su estructura militar.
Por su parte, Israel ha mantenido el control de amplias zonas fronterizas y no ha anunciado una retirada total de sus tropas, lo que mantiene la tensión en los alrededores de la Franja.

Fuentes militares israelíes confirmaron que los bombardeos cesaron, pero se mantendrán vigilancias aéreas y patrullajes.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel declaró que el gobierno “evaluará día a día” la continuidad de la tregua y responderá “de inmediato ante cualquier ataque o lanzamiento de cohetes”.

En tanto, los líderes de Hamás exigieron la liberación de prisioneros palestinos detenidos durante el conflicto y la apertura completa de los pasos fronterizos, condiciones que, de no cumplirse, podrían poner en riesgo la estabilidad del acuerdo.

La cumbre de Sharm el-Sheij: objetivos y expectativas

La cumbre anunciada por Egipto busca trascender el alto al fuego y sentar las bases de un proceso de paz estructurado.
Entre los objetivos principales destacan:

  1. Formalizar el cese definitivo de hostilidades bajo supervisión internacional.
  2. Establecer un fondo internacional para la reconstrucción de Gaza, con aportaciones de países árabes y occidentales.
  3. Reanudar el diálogo político entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, con la mediación de Egipto y Estados Unidos.
  4. Impulsar una iniciativa regional de seguridad compartida, que involucre a países vecinos para prevenir futuras escaladas.

Aunque Israel no participará oficialmente, se prevé que delegaciones técnicas y diplomáticas mantengan contacto indirecto con los organizadores.
La asistencia de Donald Trump —quien busca reposicionarse como figura clave en la política global— ha generado un gran interés mediático, especialmente tras su promesa de “promover un acuerdo histórico para la paz de Medio Oriente”.

Contexto regional y desafíos

La tregua llega en un momento de tensiones regionales acumuladas.
En Líbano, Siria e Irak, grupos aliados de Hamás han mantenido enfrentamientos esporádicos con fuerzas israelíes. Irán, por su parte, ha respaldado públicamente al grupo palestino, lo que complica los esfuerzos diplomáticos de Occidente.

Egipto y Jordania temen que una ruptura del alto al fuego provoque una nueva ola de refugiados y un colapso fronterizo.
El éxito de la cumbre dependerá, en gran medida, de la capacidad de los mediadores para equilibrar las demandas de seguridad de Israel con la exigencia internacional de garantizar la reconstrucción y la dignidad de la población palestina.

Conclusión

El alto al fuego en Gaza representa una oportunidad histórica, aunque frágil, para detener un ciclo de violencia que ha devastado a millones de personas.
Egipto asume nuevamente un rol central como mediador regional, mientras la comunidad internacional busca un equilibrio entre la justicia y la estabilidad.
La tregua, más que una paz definitiva, es un respiro momentáneo que podría abrir el camino a una negociación más amplia.
La pregunta que queda en el aire es si los actores involucrados tendrán la voluntad política y la visión histórica para convertir este cese de fuego en el inicio de una verdadera reconciliación.

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