Diputados prohíben comisiones por cancelar tarjetas

Una reforma histórica para proteger a los usuarios financieros

La Cámara de Diputados aprobó una reforma integral destinada a frenar prácticas consideradas abusivas por parte de bancos y tiendas departamentales. La medida, avalada con amplio consenso legislativo, prohíbe cobrar comisiones, anualidades, intereses adicionales o cualquier tipo de penalización cuando un usuario decida cancelar una tarjeta de crédito o débito.

La iniciativa argumenta que, durante años, los bancos han aplicado cargos excesivos para dificultar la cancelación, generando una dependencia artificial y afectando especialmente a consumidores con menor educación financiera o con historial crediticio vulnerable. Con esta reforma, la cancelación deberá ser un proceso rápido, gratuito y accesible.

Un paso contra las prácticas abusivas del sector financiero

Uno de los elementos más relevantes de la reforma es la prohibición explícita de reportar estas cancelaciones al Buró de Crédito. Previamente, algunos usuarios denunciaban que, al intentar eliminar una tarjeta, aparecían afectaciones en su historial crediticio. Esa práctica, aunque no era oficialmente reconocida por las instituciones, afectaba la posibilidad de obtener créditos, hipotecas o financiamientos posteriores.

Además, la reforma declara nula la emisión de tarjetas no solicitadas, una práctica reportada durante años: bancos y tiendas ofrecían supuestas promociones o membresías que terminaban convirtiéndose en líneas de crédito activas sin autorización del titular. Esto, en ocasiones, generaba deudas que los consumidores desconocían hasta que recibían notificaciones o llamadas de cobranza.

El nuevo marco legal busca cerrar la puerta a este tipo de irregularidades, obligando a las instituciones a obtener consentimiento expreso y verificable para cualquier producto financiero emitido al nombre de un consumidor.

Impacto en el comportamiento del mercado y en los usuarios

La aprobación de esta reforma marca un antes y un después en la relación entre instituciones financieras y clientes. Entre los beneficios más importantes destacan:

  • Mayor libertad del consumidor: Los usuarios podrán cerrar líneas de crédito sin temor a cargos sorpresa o a procesos burocráticos que los mantengan “atrapados” en un producto que ya no desean.
  • Competencia más justa entre bancos: Al eliminar los castigos por cancelación, las instituciones deberán mantener a sus clientes mediante beneficios reales y no mediante obstáculos administrativos.
  • Protección al historial crediticio: La reforma reduce riesgos de afectaciones injustas al Buró de Crédito, lo que permitirá a los usuarios mantener un perfil sano sin interferencias indebidas.
  • Transparencia y confianza: La iniciativa podría fortalecer la relación entre consumidores y sector financiero, históricamente afectada por prácticas poco claras y contratos difíciles de interpretar.

La respuesta del sector bancario y los retos por venir

Aunque la reforma representa una victoria para los consumidores, también plantea desafíos para los bancos, que deberán ajustar sus políticas internas, rediseñar sus procesos de cancelación y replantear modelos de negocio que durante años se basaron en cobros por servicios no siempre transparentes.

Expertos señalan que el verdadero reto residirá en la implementación. Sin mecanismos de supervisión adecuados —desde la Condusef hasta la Comisión Nacional Bancaria y de Valores—, existe el riesgo de que algunas instituciones busquen nuevas vías para imponer costos indirectos a los usuarios.
Por ello, organismos civiles han pedido que la reforma venga acompañada de reglas claras, tiempos límite para tramitar cancelaciones y sanciones efectivas en caso de incumplimiento.

Un cambio acorde con la digitalización financiera

El auge de fintechs, tarjetas digitales y bancos sin sucursales ha introducido una nueva dinámica en la industria. En este contexto, la reforma llega en un momento clave: los usuarios exigen mayor flexibilidad, procesos más sencillos y tarifas más justas.

La eliminación de comisiones por cancelación también obliga a los bancos tradicionales a alinearse con estándares modernos de competencia, donde la permanencia del cliente depende de la calidad del servicio y no de barreras artificiales.
Asimismo, la reforma podría impulsar más innovación, ya que las instituciones deberán ofrecer incentivos reales para atraer y conservar usuarios.

Conclusión

La decisión de la Cámara de Diputados de prohibir comisiones y penalizaciones por cancelar tarjetas representa un avance significativo en la protección de los consumidores mexicanos.
Además de frenar prácticas abusivas, abre la puerta a un mercado financiero más competitivo, transparente y centrado en el usuario.
Los próximos meses serán cruciales para evaluar cómo reaccionan bancos y tiendas departamentales, y si la supervisión gubernamental logra garantizar el cumplimiento pleno de esta nueva normativa.

Referencias

  • Reforma aprobada por la Cámara de Diputados sobre comisiones por cancelación de tarjetas.
  • Lineamientos de Condusef respecto a prácticas abusivas en servicios financieros.
  • Declaraciones de legisladores sobre afectaciones al Buró de Crédito por cancelaciones.

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