Europa refuerza su apuesta por la navegación robusta con la nueva antena BEACON GMV, a través de sus filiales en el Reino Unido y Portugal y en colaboración con la Universidad de Loughborough, fue seleccionada para desarrollar BEACON, un nuevo proyecto del programa NAVISP de la Agencia Espacial Europea. La iniciativa se centra en una antena de patrón de radiación controlado diseñada para recibir de manera más resistente las señales de navegación en banda C emitidas por satélites de órbita terrestre baja, una tecnología que promete fortalecer las capacidades europeas de posicionamiento, navegación y sincronización. El interés en este tipo de sistemas crece conforme sectores estratégicos como la defensa, la logística y las operaciones autónomas requieren mecanismos de navegación que mantengan su integridad incluso bajo escenarios de interferencia. En respuesta a estas exigencias, la antena incorpora técnicas avanzadas de formación de haces, detección de nulos y estimación de ángulo de llegada, lo que le permitirá protegerse frente a intentos de suplantación y otras formas de degradación deliberada de la señal. Pensada para misiones como Celeste de la ESA y otros proyectos comerciales en desarrollo, la antena se integrará con el receptor de software XRC de GMV y con sistemas compactos diseñados por la Universidad de Loughborough. Esta combinación ofrece un control preciso del haz de recepción y una mayor solidez operativa en entornos complejos. El equipo de GMV en Portugal brindará apoyo técnico al grupo del Reino Unido para optimizar el rendimiento del receptor y perfeccionar sus funciones de formación de haces. Con un calendario de 18 meses y un presupuesto de 800.000 euros, BEACON abarcará el diseño, la integración, la calibración y su validación en condiciones reales, incluyendo pruebas en escenarios urbanos y situaciones con altos niveles de interferencia. Según William Roberts, director de operaciones de GMV en Reino Unido, el objetivo es dotar a Europa de una navegación confiable en cualquier circunstancia, incluso cuando el entorno juega en contra. Un avance que apunta a fortalecer la autonomía tecnológica y la seguridad operativa en un continente cada vez más dependiente de estas capacidades.



