Estrategia sin sobresaltos
El gobierno mexicano confirmó que no impulsará una reforma fiscal profunda para 2026. En su lugar, la Secretaría de Hacienda optará por fortalecer los mecanismos de fiscalización, ampliar la base tributaria y aumentar la recaudación mediante impuestos específicos, como los aplicados a bebidas azucaradas y productos de tabaco.
Según Hacienda, esta estrategia busca mantener la estabilidad económica y evitar tensiones políticas en un año de transición gubernamental. El objetivo es alcanzar una recaudación de 5.8 billones de pesos, apoyada en la digitalización de los procesos y el combate a la evasión fiscal.
Riesgos y límites del enfoque actual
Aunque la medida ha sido bien recibida por algunos sectores empresariales que temen aumentos de impuestos, los analistas advierten que el margen de recaudación sin una reforma estructural es limitado. México sigue teniendo uno de los niveles de ingresos tributarios más bajos de América Latina, lo que podría afectar la sostenibilidad del gasto público a mediano plazo.
El dilema radica en si la estrategia podrá sostener programas sociales y proyectos de infraestructura sin generar déficit. Expertos señalan que depender de una mayor fiscalización, sin introducir nuevos impuestos progresivos, podría ser insuficiente para cubrir las necesidades del Estado.
Contexto político y económico
La decisión de evitar una reforma de gran calado también refleja prudencia política. Después de años de tensión entre el Ejecutivo y el sector empresarial, el gobierno busca mantener la confianza en los mercados y garantizar la continuidad de la inversión. Sin embargo, la falta de modernización del sistema tributario podría posponer reformas necesarias en materia de equidad fiscal y redistribución de ingresos.
En el contexto global, la estrategia mexicana se percibe como conservadora, especialmente frente a países que han optado por reformas amplias para enfrentar desafíos de deuda y gasto social.
Conclusión
El gobierno federal apuesta por una política fiscal de continuidad, basada en el fortalecimiento de la recaudación existente más que en una transformación estructural. Aunque esta decisión ofrece estabilidad a corto plazo, deja pendiente la discusión sobre cómo construir un sistema tributario más justo, moderno y sostenible para el futuro del país.
Referencias
El Financiero: “Gobierno mexicano descarta reforma fiscal estructural para 2026”
El Economista: “Hacienda prioriza fiscalización y eficiencia recaudatoria sobre nuevos impuestos”
Forbes México: “Los retos de México sin una reforma fiscal integral”
Expansión: “Recaudación crecerá sin reforma, promete Hacienda”
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