Qué es el T-MEC y por qué importa
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es la versión modernizada del antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Entró en vigor el 1 de julio de 2020, con una duración inicial de 16 años, hasta 2036, salvo que los países firmantes decidan extender su vigencia. Una de sus cláusulas, el Artículo 34.7, obliga a que, seis años después de su entrada en vigor, los tres países evalúen si desean continuar con el acuerdo por otros 16 años. Esa revisión conjunta debe producirse en el año 2026.
El T-MEC regula comercio, reglas laborales, medio ambiente, propiedad intelectual, inversiones, cadenas de suministro y otros aspectos de cooperación económica entre los tres países. Su éxito o fracaso repercute no solo en los balances comerciales, sino también en la competitividad de industrias clave como la automotriz, agrícola, manufacturera y de tecnologías digitales.
¿Qué acaban de anunciar?
El 16 de septiembre de 2025, el Secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, anunció que México, en coordinación con Estados Unidos y Canadá, inicia formalmente las consultas públicas en preparación para la revisión del T-MEC. El proceso implica abrir espacios institucionales para que ciudadanos, empresas, asociaciones productivas y otros sectores interesados hagan comentarios, propuestas y señalen puntos de mejora del tratado.
Este anuncio incluye la publicación de las bases del proceso en el Diario Oficial de la Federación (DOF), así como mecanismos para recibir aportaciones digitales, escritas, y la realización de una audiencia pública en Washington a finales de noviembre de 2025 para testimonios orales.
Además, el gobierno mexicano ha definido que entre septiembre de 2025 y enero de 2026 será el periodo para evaluar cómo ha funcionado el tratado desde su entrada en vigor, identificar aciertos, retos y posibles ajustes, antes de la revisión formal que inicia en 2026.
¿Cómo será el proceso?
1. Publicación de bases y convocatoria
- Se publicarán bases oficiales del proceso en el DOF, donde se establecerán los términos, cómo entregar comentarios, criterios de evaluación, plazos y mecanismos digitales para participar.
- Las convocatorias serán abiertas: se aceptarán sugerencias tanto de sectores privados, académicos, civiles como de ciudadanos comunes.
2. Periodo de evaluación
- El período evaluativo irá desde el lanzamiento de las consultas (septiembre 2025) hasta enero de 2026. En ese lapso, se revisarán los efectos del tratado en la economía, comercio, reglas laborales, inversión, regulación aduanera, tratamiento arancelario, innovación tecnológica, cumplimiento ambiental, y otros ámbitos relevantes.
- Uno de los enfoques estará en el Comité de Competitividad de América del Norte, creado por el tratado, para ver si realmente ha funcionado como se esperaba en promover cooperación regional, resiliencia ante crisis, participación de las PYMEs y equidad regulatoria.
3. Audiencia pública en EUA y recibir comentarios orales
- La USTR de Estados Unidos convocará una audiencia pública en Washington hacia finales de noviembre de 2025, en la que entidades o personas podrán expresar testimonios orales.
- Además se recibirán comentarios escritos, tanto para ese país como para Canadá y México, con posibles réplicas luego de la audiencia.
4. Revisión conjunta
- A partir de enero de 2026, los tres países iniciarán la etapa formal de la revisión conjunta, conforme al tratado. En ella decidirán si extienden la vigencia del T-MEC por otros 16 años más, hasta 2042, o si siguen otro camino en caso de desacuerdo.
- El 1 de junio de 2026 es una fecha clave: es el plazo límite para que cada país haga saber oficialmente su postura sobre extender o no el tratado.
Temas que podrían generar debate
Varias áreas se perfilan como puntos críticos de discusión:
- Cumplimiento de las reglas laborales y ambientales que el tratado exige, incluyendo sanciones o incentivos cuando no se respetan.
- Barreras arancelarias y no arancelarias, trámites aduaneros, reglas sanitarias, propiedad intelectual y regulación tecnológica, todos temas donde ya hay tensiones previas.
- Cómo participar de forma efectiva en las cadenas de valor de América del Norte, especialmente para las pequeñas y medianas empresas mexicanas.
- Desarrollo tecnológico, comercio digital, políticas de innovación, protección de datos e infraestructura para integrarse mejor con las economías de EUA y Canadá.
- Equilibrar seguridad económica, soberanía regulatoria y las exigencias externas de comercio e inversión.
Implicaciones posibles
Políticas internas
- El resultado de estas consultas puede marcar prioridades económicas para el próximo gobierno, definir líneas de política industrial, regulatoria y laboral.
- Sectores productivos en México estarán muy atentos: agroindustria, automotriz, sectores exportadores, manufactura, tecnologías de información, podrían requerir reformas para adaptarse o mejorar condiciones.
- El gobierno se juega buena parte de su credibilidad si las consultas son abiertas, transparentes, incluyentes y si los insumos ciudadanos tienen peso real, no solo simbólico.
Relaciones con EUA y Canadá
- Será un momento de negociación diplomática intensa: Estados Unidos ha manifestado críticas hacia ciertos aspectos del T-MEC con México, como normas energéticas, regulaciones aduaneras, tasa de cumplimiento de obligaciones.
- Dependiendo de los ajustes que México esté dispuesto a hacer, podría verse presión externa para modificar regulaciones nacionales, lo cual puede generar debates sobre soberanía económica.
Económicas
- Si se logra modernizar el tratado para atender retos nuevos como comercio digital, cadenas de suministro resilientes, protección ambiental y laboral, México puede beneficiarse aumentando exportaciones, atrayendo inversión extranjera y nivelando competitividad.
- En caso de que las revisiones sean débiles, haya falta de consenso o que algunos países rechacen extender el tratado, podría haber incertidumbre para empresas que dependen del T-MEC, riesgo de alteraciones en inversiones, incremento de costos de comercio o barreras nuevas.
Riesgos del proceso
- Las consultas podrían volverse meramente formales, sin cambios reales si los sectores con poder económico dominan la discusión.
- Riesgos de polarización política si se percibe que México está cediendo demasiado ante presiones externas, especialmente de Estados Unidos.
- Problemas técnicos: muchas reglas del tratado pueden estar entrelazadas con leyes nacionales, regulaciones estatales o políticas locales, lo que hace compleja la implementación o ajuste.
- Retrasos o falta de claridad en los plazos podrían generar incertidumbre para actores empresariales y mercados.
Conclusión
El inicio de las consultas públicas del T-MEC marca el arranque formal de un proceso crucial para América del Norte. Más allá de las reglas del tratado, lo que está en juego es la capacidad de los tres países para adaptarse a un entorno global que cambia rápidamente: nuevas tecnologías, crisis climáticas, cadenas de abastecimiento trastocadas, políticas laborales exigentes, presiones migratorias y de seguridad, competencia global.
Para México, específicamente, esto representa una oportunidad histórica para revisar qué ha funcionado bien desde 2020, mejorar lo que no, equilibrar responsabilidades reguladoras, reforzar la participación de sectores menos favorecidos, y negociar desde una posición de mayor autonomía, sin renunciar al compromiso del tratado. Si este proceso se conduce con transparencia, apertura e inclusión, puede fortalecer no sólo el T-MEC, sino la confianza de los ciudadanos y de los socios comerciales en que México es un interlocutor serio, moderno y estable.
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