Una sesión marcada por la polémica
La Comisión Permanente del Congreso de la Unión vivió una jornada tensa luego de que la bancada de Morena utilizara su mayoría para bloquear la inclusión en la agenda del debate sobre el caso de Hernán Bermúdez Requena y las recientes revelaciones sobre su sobrino, Gerardo Bermúdez Arreola, detenido en Paraguay por operar apuestas ilegales.
La sesión, celebrada esta semana en el recinto de San Lázaro, tenía como objetivo abordar diversos temas de interés nacional, pero el asunto Bermúdez fue deliberadamente relegado a un segundo plano, generando fuertes reclamos por parte de la oposición.
Cuatro legisladores intentaron introducir el tema durante la discusión de asuntos generales, argumentando que el caso tiene implicaciones directas para la seguridad nacional y la integridad de las instituciones. Sin embargo, la presidencia de la Mesa Directiva, encabezada por Gerardo Fernández Noroña, intervino para censurarlos, señalando que no existía “espacio en la agenda” para abordar el asunto y que se debían priorizar otros tópicos, como la situación migratoria de mexicanos en Estados Unidos.
La decisión de Morena y su impacto político
El rechazo a debatir el caso Bermúdez no fue casual. Voces dentro del Senado señalan que Morena buscó evitar un desgaste político para figuras cercanas al partido, entre ellas Adán Augusto López Hernández, exnotario y exsecretario de Gobernación, cuyo nombre aparece en documentos notariales vinculados a las empresas utilizadas por la familia Bermúdez.
La postura de la bancada oficialista fue interpretar las solicitudes de discusión como “ataques infundados” y “distractores” frente a lo que consideran temas prioritarios en la agenda legislativa.
Para la oposición, sin embargo, la negativa representa un intento de proteger a funcionarios y exfuncionarios que podrían haber facilitado el crecimiento de negocios ilícitos. Legisladores del PAN, PRI y PRD coincidieron en que el Congreso no puede mantenerse al margen de un asunto que ya trasciende las fronteras y que involucra a un exfuncionario de alto rango en una investigación internacional.
Un ambiente enrarecido dentro del Senado
Fuentes internas señalaron que la discusión fue particularmente ríspida. Algunos legisladores llegaron a exigir un receso para analizar la situación, pero la presidencia del Senado negó la solicitud, reiterando que la agenda ya estaba cargada de asuntos previamente pactados.
La falta de apertura para debatir el caso generó señalamientos sobre el uso de la mayoría legislativa como herramienta de control político y censura. Organizaciones de la sociedad civil expresaron su preocupación ante lo que calificaron como un “retroceso en la transparencia legislativa”.
El episodio no pasó desapercibido en la opinión pública. Analistas políticos coincidieron en que el caso Bermúdez representa una prueba para el discurso anticorrupción de la actual administración federal. La resistencia a discutir el tema podría interpretarse como una señal de debilidad institucional o, peor aún, de complicidad.
El curioso aplauso a Ozzy Osbourne
En medio de la tensión, la sesión tuvo un giro inesperado: a propuesta del diputado Sergio Gutiérrez Luna, se realizó un minuto de aplausos en honor al músico británico Ozzy Osbourne, quien recientemente anunció una gira de despedida tras superar problemas de salud.
El gesto, aunque simbólico y ajeno a la agenda política, fue interpretado por algunos como una muestra de frivolidad en contraste con la seriedad del asunto Bermúdez. Para otros, fue simplemente una anécdota que refleja el tono multifacético de las sesiones legislativas.
Implicaciones más allá del recinto
La negativa a debatir el caso Bermúdez tiene repercusiones que van más allá de una simple sesión de la Comisión Permanente. Este episodio envía un mensaje sobre las prioridades del Congreso y la forma en que se manejan temas sensibles.
Expertos en derecho constitucional advierten que el Poder Legislativo tiene la responsabilidad de fiscalizar a los funcionarios y exfuncionarios públicos, especialmente cuando están involucrados en investigaciones internacionales por delitos financieros o corrupción.
La sociedad mexicana observa con atención. Mientras organismos de transparencia insisten en que debe haber un pronunciamiento oficial del Senado, líderes de la oposición han anunciado que volverán a insistir en la discusión del caso en las próximas sesiones. Algunos incluso han planteado la creación de una comisión especial para investigar los posibles vínculos entre las operaciones de apuestas ilegales y funcionarios mexicanos.
Conclusión
El bloqueo de Morena para evitar el debate sobre el caso Bermúdez en el Senado refleja las tensiones políticas que genera un tema tan sensible como la presunta colusión de figuras de alto nivel con actividades ilícitas. La decisión de posponer indefinidamente la discusión abre cuestionamientos sobre la transparencia legislativa y la disposición del Congreso para enfrentar casos que involucran a personajes influyentes.
Mientras tanto, el país permanece a la espera de que se esclarezcan las investigaciones en Paraguay y que las instituciones mexicanas demuestren con hechos su compromiso con la justicia y la rendición de cuentas.
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