El fallecimiento de Teresa González Murillo resalta los peligros que enfrentan quienes buscan a sus seres queridos en México
Introducción
El 2 de abril de 2025 se confirmó el fallecimiento de Teresa González Murillo, madre buscadora e integrante del colectivo Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco, tras haber sido víctima de un intento de secuestro en su domicilio en Guadalajara. Su muerte ha generado una ola de indignación entre colectivos de búsqueda, defensores de derechos humanos y ciudadanos que demandan justicia y mayores garantías para quienes arriesgan su vida en la búsqueda de personas desaparecidas.
Detalles del ataque
El 27 de marzo de 2025, un grupo de al menos tres personas ingresó al domicilio de Teresa González en Guadalajara con la intención de privarla de la libertad. Durante el ataque, la activista fue gravemente herida. A pesar de haber sido trasladada de inmediato a un hospital, murió días después debido a la gravedad de las lesiones.
Según los testimonios de su familia y compañeros de colectivo, Teresa ya había denunciado amenazas previas relacionadas con su labor de búsqueda, aunque no se le brindó protección institucional. El caso ha sido retomado por la Fiscalía del Estado de Jalisco, que abrió una investigación bajo el protocolo de feminicidio y delitos contra defensores de derechos humanos.
Reacción de los colectivos y sociedad civil
Diversos colectivos de búsqueda de desaparecidos en todo el país condenaron el asesinato y exigieron al Estado medidas urgentes para garantizar la seguridad de las madres buscadoras, quienes, ante la falta de acción oficial, han asumido tareas que deberían corresponder a las autoridades.
En un comunicado conjunto, más de 30 colectivos de distintos estados denunciaron que “ser madre buscadora en México es una sentencia de muerte” y reiteraron su exigencia de mecanismos de protección especializados y recursos adecuados para las labores de búsqueda.
Además, se convocaron movilizaciones en Jalisco, Ciudad de México y otros estados para exigir justicia por Teresa y por todas las madres asesinadas mientras buscan a sus hijos e hijas.
Implicaciones y omisiones del Estado
La muerte de Teresa González Murillo pone de nuevo en evidencia las omisiones del Estado mexicano en materia de seguridad para activistas. Aunque existen mecanismos legales y protocolos como el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, su aplicación ha sido calificada como insuficiente o tardía por organizaciones de la sociedad civil.
De acuerdo con cifras de colectivos, al menos 16 madres buscadoras han sido asesinadas en México en los últimos cinco años, la mayoría sin que los casos hayan sido esclarecidos o castigados.
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Conclusiones
La violencia contra las madres buscadoras refleja una profunda crisis de impunidad y abandono institucional. El asesinato de Teresa González Murillo no puede convertirse en una estadística más. Su lucha, como la de miles de mujeres en todo el país, exige un compromiso real del Estado para garantizar justicia, protección y verdad. Su muerte no solo es una tragedia personal, sino también un símbolo del riesgo que implica exigir lo que debería ser un derecho: saber dónde están los desaparecidos.