Recuperación después de años de pérdidas
Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal más grande de México, ha comenzado a mostrar señales sólidas de recuperación financiera después de años de pérdidas y de una deuda que alcanzó niveles históricos.
Durante el tercer trimestre de 2025, la compañía reportó una reducción de casi 90 % en sus pérdidas y un repunte en su producción de crudo, gracias a una estrategia de reestructuración impulsada por el gobierno federal.
Los resultados reflejan un cambio significativo en la política energética del país, centrada en fortalecer el papel del Estado en la producción y refinación de hidrocarburos, además de reducir la dependencia del endeudamiento externo.
La Secretaría de Energía (Sener) informó que Pemex logró estabilizar sus finanzas mediante un plan integral que incluye el refinanciamiento de pasivos, el aumento gradual de la producción petrolera y una mayor eficiencia en la operación de sus refinerías.
Asimismo, el apoyo financiero del gobierno ha sido determinante: entre 2024 y 2025, el Estado mexicano destinó recursos equivalentes a 250 000 millones de pesos para capitalizar a la empresa y cubrir vencimientos de deuda estratégica.
Factores que impulsan la recuperación
Entre los factores que explican la mejora se encuentra la reducción de costos operativos, la recuperación parcial de los precios internacionales del petróleo y la consolidación de proyectos prioritarios, como la refinería Olmeca-Dos Bocas, que comenzó a operar parcialmente en 2024.
A ello se suma el avance en la modernización de las seis refinerías del Sistema Nacional de Refinación (SNR), con lo que Pemex ha logrado reducir su dependencia de importaciones de gasolina y diésel, uno de los puntos débiles que durante años impactó su balanza comercial.
En paralelo, el incremento en la producción de crudo, que ronda los 1.9 millones de barriles diarios, y la mejora en la eficiencia del gasto administrativo han permitido una mayor liquidez.
De acuerdo con estimaciones oficiales, Pemex podría cerrar el año con una deuda financiera total cercana a 80 000 millones de dólares, una cifra considerablemente menor a los 107 000 millones que llegó a registrar en 2021.
Evaluación de calificadoras y analistas
La calificadora Fitch Ratings mejoró la nota crediticia de Pemex a “BB+”, reflejando la confianza en la intervención del Estado mexicano y la expectativa de que la empresa mantenga una senda de consolidación.
De igual modo, Moody’s y S&P Global Ratings coincidieron en que los apoyos gubernamentales seguirán siendo un factor clave para sostener la solvencia de la compañía en los próximos años.
Sin embargo, advirtieron que los desafíos estructurales persisten, especialmente en lo referente al mantenimiento de infraestructura, la gestión de pasivos laborales y el cumplimiento de estándares ambientales.
Desafíos operativos y ambientales
A pesar de las señales positivas, Pemex enfrenta una serie de retos de largo plazo que podrían limitar su sostenibilidad si no se atienden con celeridad.
Uno de ellos es la reducción de emisiones contaminantes y la modernización tecnológica de sus procesos de refinación, necesarios para cumplir con compromisos internacionales de transición energética.
Otro desafío clave es el combate a la corrupción y las fugas de recursos, históricamente presentes en distintas áreas de la empresa.
Además, la producción en campos maduros continúa en declive, lo que obliga a reforzar la exploración en aguas profundas y zonas de alta complejidad geológica.
Perspectivas a diez años
El plan estratégico de Pemex proyecta que, para 2035, la empresa alcance un nivel de producción de 2.2 millones de barriles diarios, con un sistema de refinación completamente rehabilitado y con una deuda sosteniblemente manejable.
En el ámbito de las energías limpias, la compañía ha comenzado a explorar proyectos de co-procesamiento de biocombustibles y reducción de emisiones de metano, como parte de su compromiso con una transición gradual hacia una matriz energética más equilibrada.
El gobierno federal, por su parte, ha reiterado que Pemex seguirá siendo un pilar del desarrollo nacional, manteniendo su carácter de empresa pública estratégica y priorizando el autoabastecimiento energético.
Conclusión
La recuperación de Pemex simboliza un nuevo ciclo para la empresa más emblemática de México.
El rescate financiero, la mejora en la producción y el respaldo gubernamental han permitido que la petrolera recupere estabilidad y confianza en los mercados.
No obstante, el futuro de la compañía dependerá de su capacidad para modernizarse, diversificar su modelo energético y sostener su rentabilidad sin comprometer el equilibrio fiscal del país.
La década que comienza será decisiva: Pemex tiene la oportunidad de consolidarse como un actor relevante en la energía del siglo XXI o de repetir los errores del pasado si no transforma su estructura de fondo.
Referencias
Reuters: “Fitch upgrades Pemex’s credit rating to ‘BB’, citing stronger government support”
El País: “El Gobierno de Sheinbaum crea un fondo de inversión para Pemex por 250 000 millones de pesos”
Reuters: “Mexican state oil firm Pemex’s financial debt poised to drop to $80 billion by end of Q3”
Bloomberg: “Pemex reports 90% drop in losses amid production rebound and state backing”
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