El 1 de octubre de 2024, mientras Claudia Sheinbaum tomaba posesión como presidenta de México, trabajadores del Poder Judicial de la Federación llevaron a cabo manifestaciones en varios puntos de la Ciudad de México, protestando contra la reforma judicial impulsada por el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador. La reforma, que entre otras cosas busca modificar la estructura del Poder Judicial, fue el punto central de las protestas, donde se exigía mantener la independencia judicial frente al Ejecutivo.

Las protestas se desarrollaron principalmente en las inmediaciones del Palacio Legislativo de San Lázaro y el Monumento a la Revolución. Los manifestantes, incluidos jueces y magistrados, clamaban consignas a favor de una justicia independiente, advirtiendo sobre los peligros de las modificaciones aprobadas. Utilizaron pancartas y megáfonos para visibilizar sus demandas, insistiendo en que la reforma amenaza la imparcialidad de los jueces y la autonomía del Poder Judicial.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) encapsularon a un grupo de manifestantes en las entradas del Congreso de la Unión, lo que algunos calificaron como un acto represivo. A pesar de esto, los trabajadores judiciales dejaron claro que su lucha continuará, buscando que la nueva presidenta escuche sus preocupaciones y que se reconsidere la implementación de la reforma.

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