En una reciente entrevista con NBC News, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insinuado que podría buscar un tercer mandato en 2028, a pesar de que la Constitución de su país lo prohíbe explícitamente. Trump declaró que “no estaba bromeando” y que “hay métodos” para lograrlo, aunque no especificó cuáles serían esos caminos alternativos.
Estas declaraciones han causado una tormenta política en Washington y reavivado el debate sobre los límites al poder presidencial en Estados Unidos. La Enmienda 22 de la Constitución, ratificada en 1951 tras la presidencia de Franklin D. Roosevelt, establece que ningún presidente puede ser elegido más de dos veces. Desde entonces, esta norma ha sido una piedra angular del sistema democrático estadounidense, impidiendo la perpetuación en el poder del Ejecutivo.
Reacciones políticas y legales
La insinuación de Trump ha generado divisiones incluso dentro del Partido Republicano. Mientras figuras como Steve Bannon y algunos legisladores afines al ala más radical del partido han respaldado la posibilidad, otros sectores moderados han rechazado de plano la idea, advirtiendo que violaría los principios fundamentales de la república.
Desde el Partido Demócrata, las reacciones han sido de alarma. Varios legisladores y expertos constitucionalistas señalaron que cualquier intento por modificar la enmienda requeriría una reforma constitucional, proceso que demanda una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso y la ratificación de tres cuartas partes de los estados. En un contexto de polarización extrema, ese escenario luce políticamente inviable.
Organizaciones como la American Civil Liberties Union (ACLU) y el Brennan Center for Justice han alertado sobre los riesgos de normalizar discursos que atenten contra las reglas democráticas básicas, especialmente en un país que ha vivido momentos de tensión institucional como los del asalto al Capitolio en 2021.
Contexto histórico y político
Trump, que ya ocupó la presidencia de 2017 a 2021 y actualmente cumple un segundo mandato tras haber ganado nuevamente en 2024, se mantiene como una figura polarizadora. Su estilo combativo, retórica populista y agenda nacionalista han redefinido la política estadounidense contemporánea.
Desde su regreso al poder, Trump ha impulsado medidas de alto impacto como la reinstauración de aranceles, reformas migratorias más duras y una nueva doctrina de seguridad interior. Ahora, con la idea de un tercer mandato sobre la mesa, parece dispuesto a tensar aún más los límites legales y políticos del sistema presidencial.
Históricamente, ningún mandatario ha servido más de dos mandatos desde que la Enmienda 22 fue aprobada. Franklin D. Roosevelt, cuya presidencia motivó dicha enmienda, fue elegido en cuatro ocasiones, pero en un contexto extraordinario marcado por la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. La propuesta de Trump, por tanto, carece de precedentes en la era moderna.
Conclusiones
Las declaraciones de Trump, lejos de ser un simple comentario aislado, deben leerse como parte de una estrategia política más amplia. Al poner en duda las reglas del juego democrático, busca mantener el protagonismo y galvanizar a su base más leal. No obstante, el camino hacia un tercer mandato es extremadamente complejo, tanto legal como políticamente.
Lo que sí resulta evidente es que su declaración ha sembrado una nueva controversia en un país que continúa lidiando con las heridas institucionales del pasado reciente. Las próximas semanas serán clave para ver si esta propuesta se queda en una provocación o si realmente se convierte en un intento serio de reformar uno de los pilares más sólidos de la democracia estadounidense.
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