EUA y China alcanzan acuerdo sobre el futuro de TikTok

EUA y China alcanzaron un acuerdo sobre TikTok; se plantea control mayoritario estadounidense y límites en datos y algoritmos.

Antecedentes de la disputa

TikTok, la popular aplicación de videos cortos propiedad de la compañía china ByteDance, ha estado en el centro de la confrontación tecnológica entre Estados Unidos y China. Desde hace meses, Washington advertía que los datos de millones de usuarios estadounidenses podían estar en riesgo de ser accedidos por el gobierno chino. Bajo ese argumento, el Congreso y la Casa Blanca presionaron para que ByteDance vendiera parte de la operación de TikTok en territorio estadounidense o enfrentara una prohibición definitiva.

El marco de acuerdo alcanzado

El 15 de septiembre de 2025 se anunció que ambos gobiernos llegaron a un marco de entendimiento durante una ronda de negociaciones en Madrid. El acuerdo plantea que TikTok pueda continuar operando en Estados Unidos bajo la condición de que la mayoría de su propiedad y control operativo quede en manos de entidades estadounidenses. Aunque los detalles finales aún no se han publicado, las fuentes diplomáticas indican que se estudia un esquema en el que empresas tecnológicas de Estados Unidos adquieran una participación mayoritaria, mientras que ByteDance mantendría una parte minoritaria con restricciones claras en el manejo de datos y algoritmos.

Factores de presión en Estados Unidos

La administración de Donald Trump había amenazado con vetar TikTok si no se cumplía con las exigencias de desincorporación. El argumento central fue la seguridad nacional: impedir que datos sensibles, como localización o patrones de consumo de los usuarios, pudieran ser aprovechados por Pekín. Además, el gobierno estadounidense buscaba enviar un mensaje más amplio sobre el control de la infraestructura digital y la protección de la privacidad de sus ciudadanos frente a empresas extranjeras.

La postura de China

Por su parte, el gobierno chino calificó las exigencias de Washington como una injerencia en sus empresas privadas y un intento de debilitar la competitividad tecnológica de China. Sin embargo, al mismo tiempo, optó por negociar para evitar una escalada mayor en la guerra comercial y tecnológica. Pekín insistió en mantener algún grado de participación de ByteDance y en garantizar que sus desarrollos tecnológicos —como el algoritmo de recomendación de TikTok, considerado el “corazón” de la aplicación— no fueran transferidos completamente sin restricciones.

La llamada Trump–Xi

En paralelo al anuncio del acuerdo, se confirmó que Donald Trump y Xi Jinping sostendrán una conversación telefónica en los próximos días para definir los puntos más delicados. Entre ellos se encuentran el control de los algoritmos, la ubicación de los servidores donde se almacenarán los datos de usuarios estadounidenses y los mecanismos de supervisión conjunta para verificar que la información no sea compartida con terceros sin autorización. La llamada busca sellar políticamente el acuerdo y evitar futuras rupturas en su implementación.

Reacciones internacionales y del mercado

El anuncio generó un respiro en los mercados tecnológicos. Empresas interesadas en invertir en TikTok en Estados Unidos vieron la posibilidad de participar en un negocio altamente rentable. Al mismo tiempo, analistas internacionales consideran que este acuerdo podría convertirse en precedente global para el tratamiento de aplicaciones extranjeras con millones de usuarios y gran influencia en la opinión pública. Gobiernos europeos y latinoamericanos siguen de cerca el caso, ya que varios enfrentan dilemas similares respecto a la regulación de plataformas digitales con sede en otros países.

Implicaciones más allá de TikTok

El acuerdo no sólo impacta a la aplicación de videos cortos: representa una pieza dentro del tablero mayor de la rivalidad tecnológica entre China y Estados Unidos. Las tensiones por 5G, inteligencia artificial, chips avanzados y control de datos estratégicos continúan. La solución de TikTok, si se concreta, mostraría que ambos países son capaces de negociar fórmulas de coexistencia, aunque sin resolver la desconfianza mutua.

Conclusión

El entendimiento alcanzado sobre TikTok ofrece un respiro temporal en la confrontación tecnológica entre Estados Unidos y China. Para Washington, representa una victoria política al garantizar mayor control sobre los datos de sus ciudadanos; para Pekín, significa preservar una participación en un producto globalmente exitoso. El verdadero desafío estará en la implementación: si los mecanismos de supervisión son claros, si los inversionistas estadounidenses logran asumir el control real y si la aplicación puede seguir operando sin que se deteriore la confianza de sus usuarios.

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