Contexto del operativo y anuncio oficial
El 2 de septiembre de 2025, el ejército de Estados Unidos llevó a cabo un intenso ataque militar contra una embarcación en aguas internacionales del Caribe. La lancha, que según el gobierno estadounidense partió de Venezuela, fue destruida tras un ataque que dejó once muertos. Donald Trump, desde la Casa Blanca, defendió la operación, afirmando que los ocupantes pertenecían al grupo criminal Tren de Aragua, al que calificó como organización terrorista. El presidente compartió un video del ataque, del cual aseguró que existían grabaciones que prueban su vínculo con el narcotráfico hacia EE.UU.
Desde el Pentágono, tanto el secretario de Defensa Pete Hegseth como el secretario de Estado Marco Rubio respaldaron la acción, advirtiendo que se trata del inicio de una ofensiva sostenida en la región.
Declaraciones de Pete Hegseth y Marco Rubio
En una entrevista con Fox News, Hegseth señaló que el video difundido era “definitivamente real” y negaba que fuera una creación de inteligencia artificial, como sugería el gobierno venezolano. Afirmó que “lo vio en vivo” y aseguró que sabían “exactamente quién estaba en ese barco y qué representaban” —en referencia al Tren de Aragua. Describió el operativo como una “misión muy seria” y aseguró que no se detendría en esta acción, ya que incluso había recursos estadounidenses desplegados en aire, mar y tierra para continuar con la ofensiva contra los carteles señalados como narcoterroristas.
Rubio, por su parte, afirmó que estas acciones son necesarias y efectivas para disuadir el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense, sugiriendo la posibilidad de más ataques similares ante embarcaciones sospechosas en el Caribe.
Contexto geopolítico y legal
El ataque se produce tras el despliegue militar estadounidense en el Caribe y América Latina, en cumplimiento de una directiva secreta firmada por Trump que clasifica a varios cárteles como organizaciones terroristas—entre ellos, trenes del narco como el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles—ampliando así la capacidad del Pentágono para actuar sin necesidad del Congreso.
El operativo ha desatado controversia: expertos en derecho internacional cuestionan su legalidad al tratarse de una acción letal en aguas internacionales, sin arresto ni incautación, lo que representa una norma inusual en operaciones contra el narcotráfico. Además, se mantiene la incertidumbre sobre el tipo de armamento utilizado —si fue un dron, torpedo u otro sistema— y la existencia de evidencias claras que vinculen directamente al grupo criminal con tráfico ilícito.
Reacciones y tensiones regionales
El gobierno venezolano negó la legitimidad del ataque y puso en duda la autenticidad del video, alegando que podría se generado por IA. Nicolás Maduro acusó a EE.UU. de tener motivaciones geopolíticas, señalando un intento de apropiarse del petróleo venezolano de forma gratuita. Por su parte, el gobierno colombiano también expresó su preocupación, mientras que la comunidad internacional observa con atención la escala militar y las implicaciones diplomáticas de la operación.
Cabe destacar que este ataque representa la primera operación militar visible desde el despliegue de buques de guerra y fuerzas navales en la región, diseñadas para impactar directamente en las redes de narcotráfico transnacional.
Conclusión
La ofensiva de EE.UU. en el Caribe marca una nueva fase en su estrategia contra el narcotráfico, caracterizada por el uso de fuerza militar letal y ofensivas sostenidas en el extranjero. Esta nueva modalidad —directamente señalada como campaña militar y no una mera operación antinarcóticos— abre un nuevo capítulo de confrontación con potenciales repercusiones legales, diplomáticas y de seguridad hemisférica. El equilibrio entre soberanía, derechos internacionales y control del tráfico ilícito será, sin duda, el foco de debate en los próximos días y semanas.
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