Introducción
El fentanilo, un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina, ha sido una preocupación creciente en Estados Unidos debido a su alta letalidad. Recientemente, informes indican que México ha pasado de ser un país de tránsito y producción a convertirse también en un mercado de consumo de esta peligrosa sustancia.
Incremento en el consumo de fentanilo en México
Según datos de la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), en 2018 se registraron solo 10 casos de atención por consumo de fentanilo en México. Sin embargo, esta cifra aumentó a 333 casos en 2022 y a 430 en 2023, concentrándose principalmente en los estados del norte del país, como Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) ha expresado su preocupación por el aumento del consumo de fentanilo en México. En su informe anual de 2024, destacó que el uso no médico de opioides sintéticos se ha convertido en un problema de consecuencias mortales, provocando miles de muertes y afectaciones en comunidades enteras.
Factores que contribuyen al aumento del consumo
Varias razones explican el incremento en el consumo de fentanilo en México:
- Potencia y disponibilidad: El fentanilo es una sustancia hasta 50 veces más potente que la heroína y su producción ilícita es relativamente fácil, lo que lo hace altamente accesible en el mercado negro.
- Rutas de tráfico interno: Aunque el fentanilo es importado desde China o fabricado en laboratorios clandestinos en México, las redes de distribución han evolucionado, permitiendo que la droga llegue con mayor facilidad a consumidores mexicanos.
- Menor costo en comparación con otras drogas: Su bajo precio lo hace atractivo para consumidores que anteriormente usaban heroína o metanfetaminas.
- Desinformación sobre sus efectos: Muchos consumidores desconocen su letalidad y la facilidad con la que una sobredosis puede ser mortal, especialmente cuando se mezcla con otras sustancias.
Medidas gubernamentales ante la crisis
El gobierno mexicano ha implementado diversas estrategias para contener el problema, incluyendo:
- Operativos contra laboratorios clandestinos: Se han asegurado toneladas de precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo, particularmente en los estados de Sinaloa y Sonora.
- Campañas de concientización: Se han lanzado programas de información para advertir a la población sobre los efectos del fentanilo y su alto riesgo de sobredosis.
- Mayor control fronterizo: Se han reforzado las inspecciones en aduanas y aeropuertos para evitar el ingreso ilegal de precursores químicos provenientes de Asia.
A pesar de estas medidas, expertos en salud pública advierten que el problema del consumo de fentanilo en México sigue creciendo y que el país podría enfrentar una crisis de salud similar a la que afecta a Estados Unidos si no se toman acciones más contundentes.
Conclusión
El avance del fentanilo en México no solo plantea un desafío en términos de seguridad, sino que también representa un grave problema de salud pública. Aunque el país ha sido históricamente un punto clave en la producción y tráfico de esta droga, el aumento en el consumo interno indica que las políticas de prevención y control deben reforzarse urgentemente para evitar una crisis de sobredosis y adicción en los próximos años.
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