Introducción
La madrugada entre los días 6 y 9 de octubre de 2025, México fue azotado por lluvias torrenciales derivadas de los remanentes del huracán Priscilla y de la tormenta tropical Raymond, las cuales desencadenaron inundaciones, desbordamientos de ríos y deslaves en por lo menos cinco estados del centro y oriente del país. Los efectos han sido devastadores: hasta ahora, 64 personas han perdido la vida y 65 continúan desaparecidas, según los registros oficiales.
Ante esta tragedia, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció públicamente que no se esperaba una lluvia de semejante magnitud: “no había ninguna condición científica meteorológica que pudiera indicarnos que la lluvia iba a ser de esta magnitud”, declaró.
Este reconocimiento marca un momento crítico de rendición de cuentas ante una emergencia que ya ha dejado cuantiosos daños materiales y pérdidas humanas, mientras los gobiernos estatales y federal enfrentan el reto de coordinar los rescates y la reconstrucción.
Cronología de los eventos
6–9 de octubre
Los remanentes del huracán Priscilla y la tormenta Raymond ingresaron en el territorio nacional con sistemas atmosféricos que interactuaron con otras corrientes, provocando precipitaciones atípicamente intensas. Las lluvias saturaron suelos y ríos que ya llevaban meses de acumulación, provocando el colapso de taludes y el aumento súbito del caudal en arroyos y cuencas menores.
10–12 de octubre
Los reportes federales comenzaron a consolidarse: la Coordinadora Nacional de Protección Civil confirmó las cifras de fallecidos y desaparecidos durante la conferencia diaria de prensa. Sheinbaum visitó zonas afectadas en Puebla y Veracruz para evaluar daños y escuchar demandas de los habitantes. Se desplegó una operación de rescate y ayuda masiva que involucró a miles de elementos federales, estatales y municipales.
13 de octubre (presente)
El gobierno federal intensifica la atención: se establecen puentes aéreos hacia comunidades incomunicadas y se anuncian reuniones con la Secretaría de Hacienda para definir los recursos destinados a la reconstrucción.
Impacto geográfico y humano
Estados más afectados
- Veracruz: 29 fallecimientos y 18 desaparecidos.
- Hidalgo: 21 muertos y 43 desaparecidos.
- Puebla: 13 muertos y 4 desaparecidos.
- Querétaro: 1 muerto, daños moderados.
- San Luis Potosí: afectaciones en carreteras y viviendas rurales.
Viviendas y comunidades
La estimación oficial habla de más de 100,000 viviendas afectadas. Se tiene registro de más de 111 municipios con daños severos, colapsos de infraestructura, caminos bloqueados y deslaves. En Veracruz y Puebla se reportaron lluvias de hasta 280 milímetros en los momentos más críticos.
Infraestructura y servicios
Más de 1,000 kilómetros de carreteras federales presentan afectaciones, con más de un centenar de interrupciones. La Comisión Federal de Electricidad reportó haber restablecido más del 80 % del servicio eléctrico, aunque persisten cortes prolongados en comunidades de montaña. Los daños en centros de salud, escuelas e instalaciones municipales están aún en evaluación.
Aspectos sociales y humanos
Habitantes de zonas rurales y marginadas han reportado pérdidas materiales totales: viviendas colapsadas, cultivos destruidos y escasez de alimentos. En comunidades aisladas, la falta de acceso ha obligado al envío de ayuda por vía aérea. En distintas regiones, las familias permanecen en albergues temporales a la espera de apoyo.
La reacción de Sheinbaum
Desde el primer momento, Sheinbaum se presentó como figura visible de atención de la crisis. Durante la conferencia matutina admitió la magnitud inesperada del fenómeno y la desesperación de las familias afectadas. También se comprometió a mantener comunicación directa con los estados y a realizar un censo nacional de damnificados.
Durante su gira por Huauchinango y Poza Rica, la mandataria supervisó zonas anegadas, albergues y operaciones de rescate. Asimismo, anunció una reunión con la Secretaría de Hacienda para definir los fondos destinados a la reconstrucción y prometió que la ayuda llegaría de manera directa y transparente.
Retos críticos y puntos de controversia
Advertencia científica y prevención
Una de las principales críticas ha sido la falta de previsión. Aunque existían alertas por lluvias intensas, el nivel real superó los umbrales históricos esperados. Expertos y autoridades coinciden en que la coordinación entre instituciones meteorológicas y gobiernos locales deberá fortalecerse para evitar tragedias futuras.
Transparencia en recursos
Con cifras tan elevadas de daño, la gestión de recursos públicos será clave. Organizaciones civiles han solicitado auditorías ciudadanas para vigilar la canalización de fondos y evitar irregularidades.
Capacidad operativa
Pese al despliegue de miles de elementos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, persisten comunidades incomunicadas y retrasos en la entrega de ayuda. La restauración de servicios básicos deberá realizarse con celeridad para evitar crisis prolongadas.
Responsabilidad política
Aunque Sheinbaum ha mostrado cercanía y empatía, también enfrenta críticas por decisiones previas sobre presupuestos de prevención y manejo de riesgos. La tragedia ha reabierto el debate sobre la inversión en infraestructura ante desastres naturales.
Proyecciones y próximos pasos
- Censo nacional de damnificados para identificar con precisión los daños y canalizar apoyos.
- Fondo emergente de reconstrucción, que se definirá en conjunto con la Secretaría de Hacienda.
- Coordinación interestatal entre gobiernos federales y locales para priorizar zonas vulnerables.
- Revisión del sistema de alerta temprana para mejorar la respuesta ante fenómenos climáticos extremos.
- Monitoreo ciudadano sobre el uso de recursos, con participación de organizaciones y universidades.
Conclusión
El reconocimiento de la presidenta Sheinbaum sobre la falta de previsión ante la magnitud de las lluvias refleja la gravedad del desafío que enfrenta México frente a los efectos del cambio climático. La tragedia deja una lección contundente: los sistemas de prevención y respuesta deben fortalecerse con urgencia. La prioridad ahora será reconstruir comunidades, restablecer la confianza pública y garantizar que los apoyos lleguen a quienes más los necesitan.
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