La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha generado polémica al pronunciarse sobre los nuevos aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a vehículos y autopartes fabricados fuera de su territorio, una medida que entrará en vigor el 3 de abril de 2025. Sus declaraciones ocurrieron en plena veda electoral, lo que ha despertado críticas de opositores y especialistas en derecho electoral.
Sheinbaum ha solicitado un trato preferencial para México, basándose en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Argumenta que, como socio comercial clave y proveedor estratégico para la industria automotriz estadounidense, México debería quedar exento de estas medidas proteccionistas.
Impacto en la industria automotriz mexicana
El sector automotriz en México es uno de los pilares de la economía nacional. Aporta alrededor del 4% del PIB y emplea a más de 900,000 personas. Empresas nacionales e internacionales con plantas en México temen que los aranceles perjudiquen la cadena de valor, encarezcan los productos y afecten la competitividad regional.
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) ha señalado que esta medida podría desincentivar inversiones, ralentizar el comercio transfronterizo y repercutir negativamente en consumidores de ambos países. En las últimas semanas, ejecutivos de las principales ensambladoras han sostenido reuniones de emergencia para evaluar el impacto logístico y financiero.
Presiones internas y postura empresarial
Además del impacto sobre el sector automotriz, otros sectores industriales también han expresado su preocupación. La industria siderúrgica mexicana, por ejemplo, ha exigido al gobierno responder con medidas recíprocas. Empresarios acereros han solicitado que México imponga un arancel equivalente del 25% a las importaciones de acero y aluminio provenientes de Estados Unidos, para equilibrar las condiciones de mercado y proteger la producción nacional.
Esta petición coloca a Sheinbaum en una encrucijada: mantener una política de diálogo para evitar una guerra comercial o adoptar una postura más firme frente a la administración estadounidense, encabezada por Donald Trump.
Contexto diplomático y coordinación bilateral
Mientras continúan las tensiones comerciales, la secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU., Kristi Noem, visitará México en los próximos días. Aunque se ha especulado sobre una posible conexión con el tema arancelario, Sheinbaum aclaró que el encuentro se centrará en seguridad fronteriza, específicamente en el seguimiento de la Operación Frontera Norte, lanzada a inicios de año.
Dicha operación ha resultado en la detención de más de 1,700 personas vinculadas a redes de tráfico de armas y drogas, así como en el decomiso de armamento pesado y cargamentos de fentanilo. Ambas administraciones han señalado que la cooperación en materia de seguridad continúa siendo un eje clave en la relación bilateral, más allá de las diferencias económicas.
Conclusiones
Las declaraciones de Claudia Sheinbaum, aunque cuestionadas por violar la veda electoral, reflejan una estrategia de presión moderada y negociación ante una política comercial estadounidense cada vez más proteccionista. Si bien su gobierno apuesta por el diálogo, las demandas de sectores estratégicos podrían empujarla a endurecer su postura. El desenlace de estas tensiones será clave para el futuro económico inmediato de México y para la imagen de su administración, que busca equilibrar diplomacia, defensa comercial y respeto institucional.
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