Inundaciones catastróficas en el corazón de Texas
Durante los días festivos del 4 y 5 de julio, fuertes lluvias en la región central de Texas provocaron inundaciones repentinas sin precedentes. El río Guadalupe se desbordó, alcanzando niveles críticos y arrasando con campamentos, hogares y vehículos en lugares como Camp Mystic. La lluvia acumulada en pocas horas superó las 15 pulgadas (más de 380 mm), lo que desató “flash floods” devastadores en el corazón de Kerr County.
El saldo es alarmante: al menos 78 personas fallecidas, de las cuales 28 eran niñas, y cerca de 41 personas siguen desaparecidas, muchas de ellas menores que asistían a Camp Mystic. Más de 850 personas fueron rescatadas, incluyendo a víctimas atrapadas en árboles y vehículos. Las búsquedas continúan mientras se teme que el número de víctimas siga aumentando.
Declaración oficial de “Desastre Mayor”
En respuesta a la emergencia, el expresidente Donald Trump firmó una declaración oficial de “Desastre Mayor” para el condado de Kerr, lo que habilita el despliegue del Fondo de Asistencia Federal para Emergencias (FEMA). La medida permite una mayor coordinación federal-estatal para financiar esfuerzos de emergencia y recuperación.
Trump también anunció que planea visitar la zona el viernes para supervisar personalmente los daños. En su comunicado, expresó condolencias a las familias afectadas y reafirmó el compromiso de su administración en apoyar la recuperación.
Coordinación y manos a la obra
FEMA y la Secretaría de Seguridad Nacional, bajo el mando de Kristi Noem, se han unido a las autoridades del estado, encabezadas por el gobernador Greg Abbott, en las labores de rescate y asistencia. Se movilizaron helicópteros, equipos terrestres y decenas de primeros respondedores, además de apoyo logístico para los damnificados y trabajos de limpieza e infraestructura.
Se han instalado refugios temporales y habilitado líneas de apoyo psicológico y asistencia médica para los afectados por la tragedia. El foco inmediato sigue siendo la búsqueda de desaparecidos y la atención a los sobrevivientes.
Fallas en el aviso y respuesta preventiva
Críticos, incluidos organismos locales y periodistas, han cuestionado la falta de alertas tempranas adecuadas. Kerr County había solicitado sistemas de alarma exterior desde 2018, pero nunca se implementaron. Se ha señalado que recortes en agencias como la NOAA podrían haber afectado la capacidad de pronóstico y prevención de este tipo de eventos.
Factores meteorológicos y lecciones climáticas
Expertos describen la inundación como el resultado de un “perfect storm”: tormentas estacionarias, suelos secos y escurrimiento rápido, junto con humedad residual de la tormenta tropical Barry. Las condiciones topográficas de la región —colinas empinadas y suelos poco permeables— exacerban los riesgos de inundaciones súbitas. El episodio ha puesto de relieve la necesidad de reforzar sistemas de pronóstico, controles locales y políticas de prevención ante el aumento de fenómenos extremos.
Conclusión
La declaración de desastre por parte del expresidente Trump desbloquea apoyo federal vital, pero la tragedia en Texas expone deficiencias críticas en alertas tempranas, infraestructura de prevención y preparación ante extremos climáticos. Con más lluvia en el pronóstico y operaciones de rescate en curso, las próximas semanas serán determinantes para evaluar la capacidad de respuesta y la reconstrucción resiliente de la región.
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